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Pegatinas Reivindicativas

Para atrás

 


Con la determinación de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos para echar bajo el criterio de Roe V. Wade, se tambalea la narrativa que se ha tratado de cultivar por décadas —sino que por siglos— de que el vecino del norte es la tierra de las libertades por antonomasia. Siempre una narrativa, no una realidad; sin embargo, es cierto que muchos movimientos civiles estadounidenses han influido de manera importante en luchas por la progresividad de los derechos en diferentes partes del mundo, especialmente durante la segunda mitad del siglo XX, contexto que explica el revuelo que la noticia ha causado alrededor del globo (https://bit.ly/3I76mIN).

La retirada de la protección constitucional al acceso a la interrupción legal del embarazo, además, se dio en la misma semana en que el máximo órgano jurisdiccional de dicho país amplió el derecho de portar armas de fuego en vía pública, lo que ha disparado las críticas en torno a las políticas que imponen restricciones casi ineludibles para el acceso al ejercicio de derechos reproductivos y, a su vez, el otorgamiento de libertades sin límites en relación a la compra, portación y uso de armas de fuego (https://bbc.in/3u39JdF).

Resulta un importante recordatorio de que jamás hay que dar por sentado que los derechos, una vez alcanzados, son inamovibles. El marco jurídico —es decir, las reglas de convivencia que guían nuestro actuar en comunidad— es un producto de las dinámicas y pactos sociales que van cambiando con el tiempo. Como pueden ir hacia la consolidación de las libertades y la democracia -así como de otros tipos de acuerdos colectivos que promueven la paz y el respeto a la diversidad-, pueden ir hacia atrás.

No hay que subestimar nunca las visiones que buscan la imposición de una sola manera de vivir, pensar o sentir. Por más inofensivas o tangenciales que parezcan, su poder de influencia y crecimiento siempre pueden incidir en la determinación de agendas políticas e institucionales, en detrimento de la dignidad y vida de las personas.

Nuestro horizonte debe velar por que todas las personas tengamos cabida en este mundo. Un espacio seguro y sin violencia para todas, todos y todes. Donde todas las personas quepan en su amplia diversidad de creencias, ideologías y cosmovisiones con respeto a las demás.

En nuestro país, con el reciente avance de los derechos reproductivos podría parecer un futuro lejano aquel donde se pudiese echar atrás estas novísimas conquistas. Mas, no olvidemos que no en todos los estados se ha despenalizado la interrupción del embarazo; que aún en los que ya es un derecho, las instituciones no han sido capaces de garantizarlo, y que aún abordar temáticas de salud y educación sexual es un tabú en grandes sectores del país.

Asimismo, no debemos perder de vista que la agenda de derechos humanos no se ciñe a los derechos reproductivos, a la identidad o aquellos vinculados con nuestros vínculos sexoafectivos. Los derechos a la libertad de expresión, a la seguridad e integridad física, a la salud y otros tantos, siempre están bajo acecho. Basta recordar que esta semana la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de resolver que las bibliotecas públicas depositarias (existen tres en el país) no puede poner a disposición de las personas usuarias obras digitales (libros, obras audiovisuales o audios) sin la autorización de quienes cuenten con los derechos de autor, sin siquiera debatir o poner en consideración durante la sesión los derechos al acceso al conocimiento, a la educación y a la recreación (https://bit.ly/3buysRF), sentando un precedente riesgoso en el país.

Los derechos siempre pueden ir hacia atrás y depende de todas, todos y todes que las conquistas históricas que se van consolidando no se pierdan en la coyuntura.

@GalateaSwanson


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