PEGATINAS REIVINDICATIVAS: La hambruna del mañana
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PEGATINAS REIVINDICATIVAS: La hambruna del mañana

 


El investigador Raúl Zepeda publicó esta semana un tweet que desafortunadamente puede ser una pequeña muestra profética: “La onda de calor de este año, que está causando el retraso del ciclo de la lluvia y con ello producción de alimentos, debería alertarnos de la urgencia de atender la crisis climática. La gasolina subsidiada de hoy es la hambruna del mañana.” (https://bit.ly/3wctXTO).

Suena catastrófico, pero eso no le quita que pueda ser un escenario muy real. El académico y analista en su publicación hacía referencia a otra: el posicionamiento de la Organización Meteorológica Mundial en la que se afirma que hay una posibilidad del 50 por ciento de que la temperatura global alcance temporalmente el límite de 1.5 grados centígrados en los próximos cinco años (https://bit.ly/3Nk2JAB).

Esto quiere decir que los esfuerzos por detener el calentamiento global han sido muy tímidos y que nos encontramos más cerca del punto de no retorno en cuanto al aumento permanente y fatal de la temperatura del planeta.

Son los últimos años -quizá- de una relativa estabilidad climática que nos permita producir alimentos y contar con condiciones meteorológicas que no se agraven cada vez en menoscabo de los ecosistemas y las comunidades humanas. Y aún hoy ya tenemos consecuencias adversas para nuestra supervivencia.

El aumento de la temperatura nos tiene ya con sequías que condicionan la posibilidad de que los cultivos se logren en estas temporadas. Las lluvias, si llegan, llegan tarde y escasas. Nuestra dependencia de las importaciones de alimentos tampoco ayuda. La invasión rusa ha encarecido de forma determinante semillas, insumos para la siembra y los alimentos, presionando aún más la posibilidad de producir y de adquirir raciones a precios razonables.

La inflación infinita y los precios disparándose sin límite alguno son parte del presente -a causa de la guerra- y quizá del futuro -a causa del calentamiento global.

El problema es claro. La solución también. La complicación surge de la medida que es necesaria para detener el apocalipsis confeccionada a medida.

La transición energética y el corte de la producción industrial implicarían la reorganización productiva a nivel global y la reformulación de raíz de la economía. Cancelar y generar nuevos grandes pactos y, con ello, la pérdida de empleo de millones, que se reintegrarían en el mediano plazo. Una total y completa crisis a partir de replantear los objetivos y mecanismos de producción.

¿Es urgente y necesario? Sin duda. ¿Es la única alternativa? Lo es. El grave problema es que nadie quiere enfrentar ese reto. Los costos materiales y políticos son incalculables, causando que para prácticamente ningún gobierno mundial sea viable.

Estamos tan solo cambiando postergando la hambruna. Estamos conscientemente creando las condiciones de la tormenta perfecta. Habrá crisis hoy, si actuamos para construir un futuro que sea habitable para la humanidad; habrá una peor si el estatus quo prevalece, y en ese escenario la humanidad está condenada. Tan solo estamos posponiendo lo inevitable, pero en la decisión, está de por medio nuestra supervivencia.

 

@GalateaSwanson


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