ESTAMOS en plena Semana Santa, aunque México se dice mayoritariamente católico, la religiosidad del mexicano es cada vez más ligera, en el mejor de los casos se está difuminando, en el peor, se está perdiendo.
Recientemente escuchaba en una misa una lamentación del sacerdote que decía:
– a la misa solo vienen los viejos y la gente que tiene problemas graves, que es cuando nos acordamos de Dios. Las juventudes, los niños, se están apartando de la iglesia –.
RECORDABA entonces las clases de filosofía que nos daban en la escuela, cuando los profesores abordaban el tema del nihilismo (el imperio de la nada, creer en nada, desear nada) en una de las acepciones que al término daba el filósofo alemán, Friedrich Nietzsche, refería que esta postura filosófica denota la pérdida de la fe en los valores tradicionales y con ésta, la pérdida del sentido de la vida. Algo que, vemos, se ha ido recrudeciendo conforme la ciencia y la tecnología van avanzando.
PERO hay que tener cuidado; el extraordinario FIODOR DOSTOIEVSKY en los Hermanos Karamazov lo advirtió con todas sus letras: si Dios no existe, todo está permitido.
EL RESULTADO de ese avance del nihilismo (que en un sentido puede ser ateísmo, al menos así lo consideraba a San Agustín de Hipona) nos puede llevar a una situación peor a la actual donde todo está cínicamente permitido. La tarea de sacerdotes, abuelos, padres, es insuflar en los jóvenes, niños, nietos, la creencia religiosa, lo contrario, erosionará a pasos agigantados nuestra convivencia social, nuestra paz social.
Como bien lo refiere una publicación de redes sociales, hoy “vivimos en un país que llora a sus hijos pero canta a sus asesinos”.
Religarnos, volver a unirnos (de latín religare, de donde proviene el término religión) podría ser elemental para un cambio de dirección, estamos ante el más grande reto de la iglesia católica, lamentablemente las cifras van en sentido contrario a esto.
El INEGI con el Censo 2020 advirtió “10 millones 211 mil 52 de mexicanos dicen no tener una religión, lo que representa el 8.1% de la población; este dato casi se duplicó con respecto al censo de hace 10 años, cuando este porcentaje era de 4.7%.
“En nuestro país hay (casi 98) millones de católicos, que representan el 77.7% de la población total. En tanto, los mexicanos sin una adscripción religiosa, pero que son creyentes, llegaron a poco más de 3 millones en 2020 (…)
“Los datos arrojaron que el porcentaje de católicos en el país bajó en 2010 (ADN 40 26/ENERO/2021).
EL SALTO DEL CHAPULÍN
3 AÑOS hace (18 de abril del 2022) que FELIPE SÁNCHEZ JIMÉNEZ, mi padre y fundador de ESCAPARATE POLÍTICO dejó este mundo y se marchó, desde la perspectiva de los creyentes, a la vida eterna.
VALGA este escrito para recordarlo, para no olvidar el ejemplo suyo y el de muchas personas que viniendo de la carencia económica más atroz, se imponen en la vida y logran salir adelante, recordándonos que el vencimiento de la pobreza es individual, no colectivo, que en este país también hay oportunidades, que no importa qué tan atrás inicies, sino qué tanto te adelantes ya en el camino de la vida.
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