El Ayuntamiento de Oswaldo García Jarquín resultó una monserga. Entre los escombros que deja aparecen dos bombas de tiempo ¿saben por qué? Nomás no aparece el dinero para los aguinaldos de trabajadores; tampoco hay salario de pensionados y jubilados. Este diciembre se augura como un mes negro para el Ayuntamiento que aún preside el dipsómano.
A pesar del intenso cabildeo de los “apagafuegos” del gobierno del estado para que los conflictos de la ciudad no acaben por romper la endeble gobernabilidad municipal, el riesgo persiste. El mal agüero lo confirman los incontables muladares en las calles de nuestra ciudad.
Otra predicción municipal que asusta está en la página web de esa entelequia llamado Órgano Superior de Fiscalización (OSFEO) dependiente del Congreso local ¿Saben cómo presentan al Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez? Como Municipio incumplido. No puede ser más patética.
En ese portal de la OSFEO esa identificación permaneció en todo el trienio porque el presidente municipal se negó sistemáticamente al rendimiento de cuentas como ordena la ley. Lo estrambótico es que los diputados nunca lo llamaron a cuentas.
Negarse a la transparencia municipal significa corrupción un término que, además de calamidad política, visten la figura política de Oswaldo García Jarquín.
El primer presidente municipal de Oaxaca de Juárez que el partido Morena nos endilgó, ha hecho que el Ayuntamiento pierda hasta el distintivo de la H (honorable).
LA REBELIÓN
Si los ciudadanos que vivimos en esta abandonada ciudad no creíamos que un gobernante municipal nos llevara a tal caos nos falta padecer lo indecible. Si hoy las calles están intransitables con tantos baches, oscuras, sin vigilancia policiaca, llenas de basura y un centro histórico invadido por ambulantes, prepárense porque en este diciembre viene lo peor.
No solo padecerá el que se dice presidente municipal en sus últimos días de poder, también los ciudadanos todos ¿La causa? Los trabajadores municipales preparan una fenomenal rebelión que significará bloqueo de calles, violencia y anarquía porque la corrupción del edil que se va tocó hasta los salarios y prestaciones de sus empleados.
Desde el inicio de esta semana se prendieron los focos rojos en los cuatro sindicatos de trabajadores del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez. Oswaldo logró lo que nadie. Unificó a todos los sindicalizados.
Desde la primera protesta que realizaron los trabajadores de limpia cuya huelga convirtió la ciudad en un inmenso basural, lograron que Oswaldo se comprometiera a pagar 13 millones de pesos que adeuda al Fondo de Pensiones.
Conocido como un político mentiroso, le hicieron firmar una minuta en la que se comprometió a integrar ese dinero el 30 de noviembre pasado. No cumplió por lo que los sindicalistas fijaron un plazo: si mañana jueves no hace el depósito, el sindicato “3 de marzo” se declara en huelga y reinicia movilizaciones, sitiarán de nuevo la capital. Esto significa llenar -otra vez- las calles de basura y pestilencia. Un golpe a Oaxaca de Juárez y a su endeble economía. El desconcierto que se avecina es consecuencia de la inmensa corrupción en que está sumido el Ayuntamiento.
Los trabajadores dicen que, si este jueves el edil no hace el pago de los 13 millones, la dirección municipal de pensiones no tendrá dinero para los salarios de jubilados y pensionados en este mes.
EL SALTO DEL CHAPULÍN
El hecho de que se hayan unido los cuatro sindicatos de trabajadores del Ayuntamiento, habla de la gran inconformidad contra la errática presidencia municipal de Oswaldo García Jarquín cuya opacidad administrativa provocó una evidente quiebra financiera.
Lo inaudito es que, ante los resultados de un gobierno Morenista nefasto, la ciudadanía no haya reaccionado y terminó por darle su voto al candidato del mismo partido. Y algo más paradójico, que en la planilla de concejales triunfante repitan como candidatos algunos de los que participan en el infame gobierno municipal que hoy tiene a la ciudad al filo de caos total.
Algunos bien enterados me dicen que en la desorganización administrativa que finalmente devino en corrupción, tiene mucha responsabilidad el síndico Jorge Castro Campos hombre de todas las confianzas de Oswaldo. Como tal, prácticamente operó como presidente municipal suplente en las largas ausencias de su jefe y firmaba decisiones que ahora tienen consecuencias. Aun así, repite como concejal ¿Será una estrategia para que alguien informe de los desvíos de recursos o sea el chivo expiatorio? Vaya, difícil tarea la del presidente municipal electo Francisco Martínez Neri que recibirá un gobierno municipal quebrado.
La pésima administración y el tan evidente desvío de recursos municipales trae como consecuencia que el dinero para los aguinaldos y cumplimiento de compromisos municipales de fin de año, nomás no aparezca. Verdadera bomba de tiempo.
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