Seguimos en las mismas
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Editorial

Seguimos en las mismas

 


El pasado 29 de noviembre concluyó la última gira del presidente Andrés Manuel López Obrador, por territorio oaxaqueño. Fue la visita número 27, en los tres años que lleva al frente del gobierno federal. La misma tuvo un perfil similar a las anteriores: constatar los avances de obras añejas, como las carreteras a la Costa y al Istmo, o proyectos de nuevo cuño, como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Y nada más. Respecto a la vía carretera a la Costa, el presidente volvió a enmendar la plana. En sus primeras visitas estimó que la obra sería entregada, ya terminada, el 21 de marzo de 2022. En las siguientes giras sostuvo que sería en julio. En la pasada, que será en agosto. Dicha obra tiene al menos 14 años de que fue iniciada y, por angas o mangas, sólo hasta los dos últimos años ha tenido un avance razonable.

La vía al Istmo lleva alrededor de 20 años y sigue sin terminarse. Y, sin pesimismo, no se ve para cuándo sea concluida, no obstante, la importancia que se le ha dado al llamado Corredor Interoceánico. A tres años de distancia, el avance de éste último, también ha sido limitado. Obvio, no será concluido en el corto plazo y dudo que sea en esta administración federal, lo cual lo expone a los vaivenes sexenales y la falta de continuidad, una especie muy socorrida en el sistema político mexicano. Los resultados del gobierno federal en Oaxaca, han sido magros. Muchas promesas y pocas respuestas firmes. En la conciencia colectiva del oaxaqueño crítico, que ve con objetividad las cosas, seguirán más visitas y giras de trabajo, sin que se puedan constatar avances reales. Es cierto, Oaxaca ha sido considerada un feudo del partido en el poder y la figura presidencial es omnipresente. Empero, respecto a las obras citadas, pasaron los gobiernos de Felipe Calderón, de Enrique Peña Nieto y tres años de López Obrador, y seguimos en las mismas.

Nuestra entidad ocupa uno de los últimos lugares en el programa de vacunación contra el virus del SARS-CoV2 y el décimo lugar en materia de seguridad. Tenemos un campo deprimido sin apoyos notables de la Federación y, aunque hay grandes recursos, poco se puede esperar sin el apoyo de la Federación. En tanto las promesas no se traduzcan en resultados, no podemos quemarle incienso a quien gobierna el país. Sólo esperamos que cumpla y que ello permita, en efecto, revertir las décadas de abandono que hemos tenido del gobierno federal. Ya es justo darle vuelta a la hoja. Urge, ahora sí, que emprendamos los caminos del desarrollo.

 

Contra ediles opacos

 

A punto de cerrar el 2021, abundan los datos de presidentes municipales reacios a rendir cuentas de sus períodos de gobierno. Hay opiniones respecto al papel tan pobre que ha desempeñado el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFEO), omiso en exigir a los gobiernos locales el cumplimiento de la ley en materia de transparencia y rendición de cuentas. La información sobre desvíos de recursos, peculado, tráfico de influencias y otros, abunda. Uno de estos casos es el de San Mateo del Mar, en donde 15 personas -13 hombres y dos mujeres- fueron masacrados por conflictos políticos y sociales en junio de 2020, cuando se eligieron las autoridades locales mediante el sistema de usos y costumbres. A los pocos meses, se sabe que el edil de dicha comunidad, fue destituido junto con todo su Cabildo, sin embargo, dice una fuente, se le siguieron transfiriendo recursos estatales, que fueron presuntamente a dar, a constructoras de socios y cómplices políticos.

Pero no es sólo el caso de la comunidad huave. Hay diversas comunidades en donde el presidente municipal ha hecho y deshecho a placer con los recursos que se le han destinado a su gobierno. Por ejemplo, el edil de San Juan Mazatlán, Mixe, que ha sido motor de protestas y bloqueos carreteros en la Carretera Transístmica, por parte de agencias municipales y de policía que le han exigido los recursos que les corresponden. Este fenómeno se repite en decenas de comunidades. Y son factor de discordia y hasta de enfrentamientos. Desde hace tal vez una década o más, que no se sabe de algún edil al que se le haya consignado o vinculado a proceso por malos manejos. Mucho menos que se le haya obligado a resarcir al erario municipal el monto del quebranto económico. Tal parece que siguen las malas prácticas y que todo se queda en el órgano fiscalizador. En el entorno nacional, son más de cincuenta municipios oaxaqueños que no rinden cuentas y cuyos ediles se niegan a crear los portales de transparencia, en los cuales los ciudadanos puedan constatar las erogaciones por obras y gastos.

La lucha anti-corrupción, que es la bandera del gobierno federal, no puede concretarse en el orden del gobierno municipal, en tanto se sigan permitiendo las prácticas simuladas y de discrecionalidad. El órgano fiscalizador estatal, debe obligar a que la rendición de cuentas y la transparencia no sea una práctica que cada quien la aplique a su manera, sino una obligación institucional. Y aquí, a municipios pobres o con mayores recursos, por igual, se les debe medir con el mismo rasero.