Ignorancia y protagonismo
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Opinión

Editorial

Ignorancia y protagonismo

 


En el sector público, llámese gobierno federal o estatal, con sus contadas excepciones, ya son urgentes unas clases de historia. Es una vergüenza que funcionarios de primer nivel no sean capaces de conocer lo elemental de nuestro pasado. Las redes sociales se dieron vuelo hace unos días, a raíz de ceremonia para la conmemoración del asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, que fue presidida por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de las deslices y torpezas de una de las invitadas especiales: la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, aludiendo a ambos personajes con frases y profesiones inexistentes. Dicha situación alentó no sólo el morbo social sino la certeza de que el país sigue caminando hacia un destino incierto en donde la inmediatez, la superficialidad y la ignorancia, son los motores de la llamada transformación.
Pero esa ignorancia y torpeza en el conocimiento de nuestro pasado, no son exclusivos de algunos funcionarios que figuran en las administraciones federal o estatal. No. Es más patética en los llamados representantes populares. Hay que ver nada más el nivel académico de nuestra bancada en el Congreso federal para entender el por qué hay tan pocas iniciativas promovidas por nuestros (as) legisladores (a). La diputación local, al igual que la anterior, con mayoría del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), tampoco se salva. Ni experiencia ni capacidad, menos habilidad discursiva o habilidades retóricas. Faltas de ortografía, mala redacción y una deficiente formación profesional, que impide exigirles más. He ahí el por qué sólo interesa todo aquello que les genere dividendos, como es el “pago por evento”.
¿Cómo discutir propuestas, planes o reformas a la educación, cuando se carece de los conocimientos más elementales? Por eso hay quienes dicen que para aprobar leyes hay que saber de leyes. Sin embargo, se entiende el por qué muchos acuden sólo a levantar la mano. Desde hace muchos años, Oaxaca no ha tenido legisladores (as) que en verdad aporten algo a la discusión de la agenda nacional. No estaría por demás que, aunque fuera en tiras cómicas o historietas, se entregaran a funcionarios y legisladores, pasajes de la Historia Nacional, con elementos básicos. Ello coadyuvará a que en el futuro no hagan el ridículo o provoquen hilaridad cuando opinan respecto a un hecho o personaje histórico.

Robos: ¿Complicidad o negligencia?

Es impresionante el número de robos y asaltos que se han dado en los últimos días en la capital oaxaqueña, sin que las autoridades locales y estatales pongan un hasta aquí. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿cómo saben los ladrones quién lleva y quién no, dinero en cantidades considerables para atracarlo? Insistimos: aquí hay una presunta complicidad de los empleados bancarios, cuestión que la Fiscalía General del Estado ha omitido llegar a fondo, no obstante, las evidencias que tiene en mano. El pasado lunes 24 de febrero se dio un atraco en conocida plaza comercial. El empleado de un negocio de vidrio habría acudido a depositar más de cien mil pesos. Fue alcanzado por un par de sujetos que, al resistirse al asalto fue lesionado con un disparo de arma de fuego. Hace meses ocurrió una situación similar en otra plaza, como se han dado en la Calzada Porfirio Díaz o en el Centro Histórico de la capital. Es decir, las parejas de delincuentes que se desplazan en motocicleta, normalmente, lo hacen lo mismo en la Colonia Reforma que en Santa Rosa o en San Felipe del Agua.
El fin de semana pasado, un empresario denunció el robo en su casa, en una zona residencial de alta plusvalía. Le hurtaron obras de arte, dinero, joyas, etc. Días antes los sujetos ya habían sido video-grabados cometiendo sus fechorías. Pero lo hacen con absoluta impunidad. No hay un solo detenido. Pareciera que entre las corporaciones y las bandas delictivas –no afirmamos que así sea- hubiera una especie de complicidad, pues ni rondines ni vigilancia eficaz para evitar este tipo de ilícitos. El ayuntamiento de la capital ofreció el año pasado, el acompañamiento de elementos de la Policía Municipal para aquellos ciudadanos que acudieran a las sucursales bancarias a depositar o retirar sumas fuertes de efectivo. Desconocemos si ello se siga aplicando, lo que sí estamos ciertos es que la ciudad se ha convertido en un sitio prohibido para caminar, ante tanto delincuente suelto.
La situación no habrá de mejorar en tanto no exista coordinación entre las diversas corporaciones policiales. Si ello se da en sitios concurridos de la capital o el área conurbada, como son los municipios de Santa Cruz Xoxocotlán o Santa Lucía del Camino; Santa Cruz o San Jacinto Amilpas, entre otros, también los ediles de dichas demarcaciones tienen la responsabilidad de dar una respuesta a estos temas de seguridad. No hay que olvidar que en los hace un par de meses trascendió la entrega de recursos del Fondo de Apoyo a la Seguridad Pública (Fasp) a ciertos municipios, a fin de fortalecer a sus propias corporaciones, con lo necesario para responder al menos a la delincuencia común.