Información para decidir mejor
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Opinión

Información para decidir mejor

 


A propósito del proceso electoral recién celebrado en nuestra entidad, al votar, elegimos a la persona que consideramos, la mejor opción para hacer realidad nuestra expectativa de gobierno. Para ello, en la medida que tenemos más y mejor información sobre cada uno de los candidatos, elegimos mejor. Por ello, es importante emitir un voto razonado.

Más allá del ámbito electoral, requerimos de información para tomar las mejores decisiones en todos los aspectos de nuestra vida. La información es un conjunto de datos relevantes que extraen de él un conocimiento que nos será útil. 

La información es indispensable para el ejercicio de nuestra libertad. Después de la vida, la libertad es el don más valioso que tenemos los seres humanos. La libertad es la capacidad que tienen las personas de elegir de entre dos o más opciones aquella que considere la mejor para alcanzar sus fines, su realización, y por ende su felicidad. Dicen los filósofos que la premisa de decisión se da cuando entre varios bienes se elige al bien mayor o entre varios males se elige al mal menor. 

Pero, ¿cómo saber cuál es el bien mayor o el mal menor?, es ahí cuando la información y el conocimiento que tenga la persona sobre el asunto a tratar será determinante para una buena toma de decisiones. La información para que sea útil en la toma de decisiones correctas debe ser confiable (verídica), suficiente y oportuna. Muchas decisiones erróneas se toman sobre la base de información falsa, manipulada, incompleta o inoportuna.

La libertad se ejerce diariamente en la toma de decisiones y éstas tendrán consecuencias menores o mayores en nuestra vida personal, familiar, social o de mayor alcance como el destino de nuestra patria. La historia se construye a partir de las decisiones que cada persona toma diariamente, y el impacto de la suma de estas en una comunidad, estado o país.  La toma de decisiones ya sea de trascendencia en lo público o lo privado constituye  la base para la práctica de la libertad, lo cual implica un ejercicio de autoridad y conlleva siempre una responsabilidad sobre la decisión tomada. Bajo esta lógica, tienen sentido aquellas frases: “la verdad os hará libres”  y “la información es poder”.

El tener la información que necesitamos de manera confiable, suficiente y oportuna; no es asunto menor, porque nos permite alcanzar nuestros objetivos. La información debe ser suficiente. Cuando no tenemos la suficiente información, las decisiones se toman a ciegas. Cuando tenemos exceso de información, esa información adicional puede estorbar, sobre todo si no es útil, es lo que popularmente llamamos “chisme”. Es importante verificar la confiabilidad de la información o cómo se presenta ésta. La información falsa o dolosamente tergiversada, también sesga la toma de decisiones. A esto, cuando se realiza con dolo, se le llama manipulación.

En el ámbito público, entre mejor informada esté una sociedad, ésta tomará mejores decisiones. El Estado tiene la obligación de garantizar este derecho. Por un lado, respetando y garantizando los ejercicios de información ciudadanos, como la libre expresión, o el respeto al ejercicio periodístico, entre otros; pero también, brindando la información sobre la actuación de la misma autoridad. La ley determina que toda la información gubernamental es pública, excepto aquella que esté clasificada como confidencial o reservada. La información confidencial, es aquella que tiene que ver con los datos personales de particulares. La información reservada, es aquella cuya difusión pueda: comprometer la seguridad nacional, la seguridad pública o la defensa nacional; menoscabar la conducción de la negociaciones o bien, de las relaciones internacionales, incluida aquella información que otros Estados u organismos internacionales entreguen con carácter de confidencial al Estado, entre otras. 

Si bien se ha avanzado en el tema, en los últimos años hemos visto retrocesos al ocultar información, haciendo difícil la búsqueda en sus portales, o como lo ha hecho el gobierno federal, clasificando su información por 5 años o más, o considerando sus principales obras como tema de seguridad nacional. 

Cualquier ciudadano tiene el derecho a preguntar o solicitar la información gubernamental que requiera. Para ello, el gobierno debe garantizar y establecer los mecanismos de transparencia que le permitan al ciudadano acceder a toda la información que necesite.

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