Reflexiones Navideñas 2021
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Reflexiones Navideñas 2021

 


Hoy, como cada año, celebramos la Navidad. Ésta es la fiesta que enaltece los más grandes valores del humanismo. La Navidad es la memoria de un acontecimiento de más de dos mil años que transforma nuestra vida personal y la historia de toda la humanidad. Un acontecimiento que marca la diferencia entre un antes y un después en el tiempo. Es también, el momento propicio para la reflexión, empezando por la personal y continuando en otros ámbitos como la económica, social y política.

Sin embargo, esta fiesta tan llena de significado no es ajena a la voracidad de políticos inspirados en corrientes ideológicas que distorsionan lo que “es” para “no ofender” lo que “no es”.  En días pasados absurdamente la Comisaria Europea para la Igualdad, Helena Dalli, propuso cambiar el ya clásico “¡Feliz Navidad!” por un “Felices Fiestas”. En la propuesta de lenguaje inclusivo se argumenta que la palabra ‘Navidad’ es un término discriminatorio para otras religiones no cristianas. Afortunadamente, la propuesta no pasó, pero nos da visos que las navidades futuras serán fuertemente atacadas por ideologías que se esfuerzan por distorsionar las realidades.

Aunque algunos ubican como antecedente de la Navidad los rituales que diferentes culturas sobre todo del norte de Europa realizaban en relación al sol, ya que como corresponde al solsticio de invierno, la noche es más larga que el día, por lo que los rituales tenían como fin “revivir” al sol para que este no muera y nos continúe brindando su luz y calor, y preservar así la vida. Lo mismo sucedía en las culturas precolombinas de Mesoamérica. Esto quizá explique el contexto de rituales en esta época del año, pero de ninguna manera puede considerarse como antecedente o explicación de la Navidad la cual tiene una esencia más profunda.

La fiesta de la Navidad es una fiesta religiosa que celebra el nacimiento del niño Jesús, en el seno de una familia con muchas necesidades y en condiciones sumamente adversas. Más allá de lo religioso este acontecimiento ha impactado todos los ámbitos que se relacionan con la persona: social, cultural, político, entre otros. Según la RAE navidad procede del latín tardío “nativitas, -atis”, que significa nacimiento.

La Navidad es entonces una fiesta que celebra la Vida, que prevalece a pesar de la adversidad. Esta primera reflexión nos lleva a valorar nuestra vida y la de los demás, el de cuidarnos y cuidar a los demás; el valorar a nuestra familia estrechando los lazos de comunicación de comprensión mutua, de perdonar y perdonarse y de reencontrarse en medio del ruido y todos los ataques para destruirla; el valorar esa pertenencia a una comunidad y actuar solidariamente en ella, buscando ayudar al otro para reconstruir la confianza entre vecinos, compañeros y ciudadanos. Actualmente, no sabemos ni cómo se llaman nuestros vecinos, mucho menos cuáles son sus necesidades, por lo que nuestra actitud es de desconfianza, viviendo a la defensiva y en estrés constante.

Este ha sido igual que el anterior, un año adverso para la salud, pero también por leyes y políticas públicas que menosprecian la vida, la familia y las libertades como la promoción del aborto, falta de atención a niños con cáncer, deficientes servicios de salud, la falta de medicinas, la falta de apoyos y la promoción de leyes que atentan contra las familias.

Se desatiende a la persona específica, y se privilegia a la masa amorfa que llama “pueblo”, esa que representa a todos pero no representa a nadie en concreto, pero sí representa votos.

La oportunidad es propicia para recordarle a los políticos que cumplan con los pobres, que hagan lo que prometen en la campaña electoral, que excluyan los insultos, la calumnia y la división de su actuar político y que promuevan el respeto por la vida y la dignidad de la persona humana, en estos tiempos donde cunde el  miedo y el odio, la inseguridad, la indiferencia y el individualismo.

Vivamos la Navidad rescatando el sentido espiritual y profundo que tiene, sobre todo aprovechemos para reorientar el rumbo de nuestra vida, darle sentido y tratando de construir todos juntos el futuro que todos nos merecemos haciéndonos mejores personas y razonando las consecuencias de nuestras decisiones. Rescatemos la solidaridad y el bien.

Mis felicitaciones a ti, estimado lector, que semana a semana sigues esta columna, a quien deseo salud y una Feliz Navidad.

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