Con la pérdida de unas 30 mil a 35 mil hectáreas anuales de zona forestal, lo que se requiere es una estrategia medio ambiental de largo aliento y no ocurrencias mediáticas, dijo el activista, Nazario García Ramírez.
El patrimonio natural de Oaxaca se encuentra amenazado en parte por la instrumentación de políticas que históricamente han promovido el cambio de uso del suelo de forestal a agrícola o pecuario”, advirtió.
Mencionó que la deforestación y fragmentación de las zonas forestales y la sobreexplotación y contaminación de los cuerpos de agua son factores que históricamente dañan el medio ambiente.
Puso como ejemplo de la enorme deforestación, amplias zonas de la Mixteca oaxaqueña, así como la Sierra Sur y los propios Valles Centrales en donde se ha optado por vivienda a áreas verdes.
A ellos se suma que “actualmente Oaxaca tiene una tasa de deforestación estatal de 30 a 35 mil hectáreas anuales”.
No obstante, reveló que hay otros factores que suman al deterioro como la pobreza, la falta de alternativas económicas, los conflictos agrarios, el crecimiento anárquico de los centros de población y el desarrollo turístico no planificado en las zonas costeras, lo cual es una realidad, previo al boom generado por la puesta en marcha de la súper carretera a la costa Barranca Larga-Ventanilla, en donde la contaminación ha impactado la playa principal con heces.
Recordó que desde hace varios años, integrantes de la sociedad civil lanzaron la voz de alerta ante la contaminación con aguas negras la zona aledaña a la playa y la carencia de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales.
Sin embargo, lamentó que la cerrazón y oídos sordos haya permeado en los funcionarios responsables del cuidado del medio ambiente y de las propias autoridades municipales quienes hicieron caso omiso.
En relación a las recientes actividades de siembra de árboles en la región de la Mixteca, confió “en que la madre naturaleza haga lo propio y salve algunos ejemplares, ya que se requiere agua y cuidado permanente”.