Oaxaca representa la entidad del país en notificar el primer y único caso de paludismo en lo que va de 2025, reportado en una mujer en la jurisdicción sanitaria del Istmo de Tehuantepec.
Hasta la misma semana epidemiológica número 2, pero en 2024, el país ya reportaba seis casos confirmados de paludismo, de los cuales, cuatro eran en Oaxaca y dos en Chihuahua.
Al concluir 2024, la entidad contabilizó 11 casos confirmados de la enfermedad, a diferencia de los siete de 2023, con mayor incidencia en las mujeres que en los hombres en edad adulta.
En 2022, después de casi 10 años sin la enfermedad, el paludismo resurgió en la entidad en la región del Istmo de Tehuantepec, principalmente en los municipios con mayor paso de migrantes.
De acuerdo al sector salud, el último caso de paludismo en territorio oaxaqueño se registró en 2023 en la Costa, donde se continuaron reforzando las acciones para mantener libre de este padecimiento a la población.
El paludismo es una enfermedad transmitida por un mosquito de la especie anopheles y sus síntomas son fiebre, cuerpo cortado, dolores musculares y de cabeza, así como cansancio y escalofríos.
“El método de prevención al igual que de otras enfermedades transmitidas por vector como el dengue, zika y chikungunya, es la eliminación de criaderos del mosco transmisor, así como la constante limpieza de patios y azoteas.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que los síntomas del paludismo aparecen generalmente entre 10 y 15 días después de la picadura del mosquito.
Aunque pueden confundirse con cualquier otro padecimiento, la diferencia es la fiebre que aparece por lo regular cada tercer día, la cual está acompañada de intensos sudores y un color amarillento en la piel (ictericia), secundaria a la destrucción de los glóbulos rojos por la invasión de los parásitos que “inyecta” el mosco.