Gentrificación pone en jaque al “barrio mágico” de Jalatlaco
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Gentrificación pone en jaque al “barrio mágico” de Jalatlaco

Calles llenas de cafés, hoteles o negocios enfocados a los turistas trastocan la convivencia comunitaria


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Humberto Enríquez nació en Jalatlaco, el barrio de sus padres y de cientos de familias que han visto cómo esta parte de la ciudad de Oaxaca ha pasado de ser una dedicada a la curtiduría a otra que desde hace varios años dio paso a cafés, tiendas de artesanías, hoteles, restaurantes y varios negocios enfocados en la actividad turística.

Su familia lleva al menos 80 años en el barrio donde la distinción de “mágico” se observa en el paso diario de turistas nacionales y extranjeros, en murales, menús y letreros en inglés y español, en inmuebles que aun con sellos de suspensión o clausura siguen siendo modificados. Pero en el que se mantienen como testigos dos árboles de coquitos de 1660 y un templo de más de 300 años.

“Pusieron muchos negocios, aquí no había tanto y ahora está lleno de negocios… Algunos son de las casas y otros alquilan, a la vuelta está una plaza… Hay uno de un americano, el hotel es de (Alejandro) Murat, que también tiene uno en el Llano”, cuenta mientras recuerda que hace varios años había tiendas pequeñas y establecimientos varios como talleres mecánicos.

Y mucho antes, las curtidurías que identificaron al barrio, lo mismo que el río y arroyos que pasaban o se formaban con las lluvias. “Todo el tiempo había agua y ahora está seco”, dice sobre esos años en los que ya estaban contaminados los afluentes.

Aunque el agua suministrada por el gobierno estatal “siempre ha estado escaza”, hace unos tres años que el problema de agravó, refiere.

Junto con el centro histórico y el barrio de Santo Tomás Xochimilco, Jalatlaco es uno de los tres lugares de la ciudad de Oaxaca afectado por la gentrificación turística, explica el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) del congreso local.

La gentrificación turística es un fenómeno por el que los barrios y ciudades como algunos de Oaxaca de Juárez y su centro se han transformado dando paso a negocios con enfoque turístico, en el que sus habitantes han tenido que buscar nuevos lugares para vivir (cada vez más alejados) por el aumento en el precio de las rentas que solamente pueden pagar las personas de mayor poder adquisitivo o porque estos se convirtieron en alojamientos temporales. Además, por un alto costo de vida y otros efectos.

En este barrio, considerado el más antiguo que dio lugar a la capital y que se estima que data del siglo XVI, el CESOP detalla que “el precio de los inmuebles y los alquileres se han incrementado cuantiosamente, y a pesar del embellecimiento del lugar, existe una degradación de los aspectos culturales y tradicionales del barrio”.

A unas cuadras de la calle Curtidurías, Dolores García y sus tías atienden una miscelánea de más de 90 años, en donde se vendía carbón por costal y manteca, pero que ahora tiene pocos productos: refrescos, dulces y alguno que otro de primera necesidad.

La miscelánea Tepeaca hace pensar que sus propietarias son de Puebla, pero Dolores lo niega y aclara que “es en conmemoración al santo patrono del barrio: el Señor de Tepeaca”.

La miscelánea la fundó Tomasa López, bisabuela de Dolores, aunque la tienda ha permanecido en la familia: con Francisca Navarro y actualmente con la señora Francisca García Navarro, tía de Dolores.

Con las tiendas de conveniencia de cadenas nacionales, la miscelánea tiene una competencia fuerte. Sin embargo, lo que más ha impactado es el aumento en el costo de la licencia de continuidad de operaciones, que de 2021 al 2024 pasó de 3 mil hasta casi 6 mil pesos.

En la calle 5 de Mayo, donde se localiza esta tienda familiar, la miscelánea parece resistir al cambio. En el otro extremo, en donde hasta hace dos o tres años había un centro naturista ahora hay un café.

“De un tiempo para acá, cuando el barrio empezó a cambiar, empezaron los cafés. Pero cuando eran curtidurías eran más las tienditas que los cafés porque nadie quería venir a Jalatlaco”, comenta Dolores.

“Hay más turismo, antes no había”, recuerda Humberto sobre un barrio en el que hasta el 2023, según estimaciones del comité de vida vecinal, de sus aproximadamente mil habitantes el 80 por ciento seguía siendo el de las familias oriundas o que por generaciones se han mantenido ahí.

 

Aumento en rentas y productos

Desde antes de ser nombrado barrio mágico por la Secretaría de Turismo federal (marzo de 2023), las rentas para negocios o para habitar ya habían aumentado en este barrio fundacional de la ciudad de Oaxaca. De los 500 o 700 pesos que Enríquez recuerda que costaban hace una década han pasado a 8 mil o 10 mil mensuales.

“Aquí muchos americanos compraron casas acá”, dice Humberto Enríquez sobre una de las explicaciones de este incremento en las rentas o del por qué unas casas han dejado de serlo para convertirse en negocios. Para Humberto, vender su propiedad no es una opción, aunque ya le hayan ofrecido comprársela. “No, pues no. Es que las casas ya están ahorita arriba de 15 o 20 millones. Subió mucho”.

San Matías Jalatlaco, por el templo edificado en él, ya se había convertido en un atractivo turístico antes de la denominación. En alguna de las comparas de Día de Muertos llegó a congregar a más de 12 mil personas, 12 veces más que el número de habitantes que se estiman en él.

Mientras descansa en una de las banquetas de la calle Curtidurías, nombrada así por las curtidurías que existieron hasta hace unos 15 años, quizá menos o más, Humberto dice que el precio de los productos básicos no es elevado sino se equipara al de otros lugares. Sin embargo, lo que “sí es caro es donde vas a comer: los cafés y eso. Aquí a la vuelta un café te vale 70 pesos”.

En marzo del año pasado, ante la declaratoria de barrio mágico que le otorgó la Secretaría de Turismo federal, el comité también reconocía que hacía varios años que las rentas o el costo de las casas en Jalatlaco se habían ido “por los cielos”. Además de que en esta zona

En una búsqueda en la plataforma Airbnb, se localizaron al menos 31 alojamientos en el barrio Jalatlaco, que van desde habitaciones hasta casas, departamentos y residencia, con costos por noche que oscilan entre los casi 400 pesos y los más de 9 mil.

De acuerdo con el estudio del CESOP, hasta ahora ni el gobierno local ni el estatal han fijado políticas o medidas para mitigar los efectos de la actividad turística y la gentrificación o desplazamiento que esta conlleva.


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