Una larga espera y un "mar" de visitantes
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Una larga espera y un “mar” de visitantes

Un centro histórico abarrotado de turistas y familiares oaxaqueñas predominó todo el día en la ciudad de Oaxaca


Una larga espera y un “mar” de visitantes | El Imparcial de Oaxaca

Un centro histórico abarrotado de turistas y familiares oaxaqueñas predominó todo el día en la ciudad de Oaxaca. Lo mismo que el tráfico vehicular que era desviado de la avenida de La Independencia. El día había llegado y desde temprana hora las esculturas de rábanos, flor inmortal y totomoxtle tomaban su lugar en el que hasta el siglo pasado fue un mercado donde se compraban las verduras, el pescado seco y demás insumos para la Navidad.

En el siglo XIX y hasta las primeras décadas del XX, en la Plaza de la Constitución (zócalo) se desarrollaba el mercado de vigilia, del que surgió el concurso de Horticultura y Floricultura que a su vez se cambió al de la Noche de Rábanos en 1927. Hay quienes dicen que desde 1940 o 1960 dejó de existir el mercado y solo quedó el concurso.

Ahora, más de un siglo después, la gente llegaba pero no para comprar sino para admirar las esculturas.

En la mañana y hasta la tarde, don Agustín permaneció con su protesta como parte de la búsqueda de su hijo, Jesús Alejandro González. 

Pero entrada la noche, poco a poco su lugar y los alrededores se llenaron de policías, elementos de la Guardia Nacional y visitantes de la Noche de Rábanos.

Cerca de las 19:00 algunos empleados del gobierno estatal y del municipal corrían con los premios. Las filas de público ávido por ver las esculturas se extendían por casi cinco cuadras. En esta noche miles de familias oaxaqueñas y turistas esperaban para admirar las obras de más de 100 participantes del concurso de la Noche de Rábanos. Muchas llevaban hasta dos horas esperado su turno. Antes, a las 18:00, las autoridades se abrían paso para ingresar, pero sin hacer fila, para saludar a los participantes y observar los trabajos que poco antes habían evaluando miembros del jurado.

En los alrededores, zonas como la calle Macedonio Alcalá (comúnmente conocida como andador turístico) se miraban repletas de locales y visitantes. Además de elementos de la Guardia Nacional, Bomberos, personal de Protección Civil Municipal y policías estatales y de la ciudad. Varios de los que una noche antes eran los ausentes, la noche en que una multitud había caído tras el colapso de las gradas metálicas dispuestas para el primer desfile de la Noche de Rábanos y una proyección en la catedral.

Ahora todo estaba o parecía estar resguardado por policías. Era la Noche de Rábanos y las miles de familias se daban cita para el concurso.

 


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