Almas iluminadas de los seres queridos en Atzompa
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Almas iluminadas de los seres queridos en Atzompa

Muere octubre y anuncia el alba del primer día de noviembre


Foto: Luis Cruz // En Santa María Atzompa, la velada entre la nostalgia y la fiesta en una madrugada fría.
Foto: Luis Cruz // En Santa María Atzompa, la velada entre la nostalgia y la fiesta en una madrugada fría.

Sentado frente a la tumba de su hijo y de sus abuelos, Antonio enciende la vela y acomoda bien el jarrón donde depositó flores de cempasúchil y cresta de gallo en la velada de panteón en Santa María Atzompa.

La noche estaba en lo más oscuro cuando caía el último minuto de octubre  y se abría al alba noviembre.  La vela de las luces titiriteaban conforme les acariciaba el viento con el frío de la noche y algunas se escondían entre hermosas flores amarillas y rojas, que adornaron los recipientes de barro, tradicional en esta comunidad.

Antonio estaba sentado con su esposa. La señora cubierta con un chal que reforzaba el suéter que portaba por la baja temperatura que acompañó a decenas de familias quienes estuvieron velando las tumbas de sus seres queridos en el campo santo, como parte de la creencia de iluminarles la llegada por el Día de Muertos.

En el contorno de la familia de Antonio, había cientos de personas con ofrendas a sus seres queridos. Un grupo de jóvenes cantaba la canción de “Te vas ángel mío”, en memoria del padre que falleció hace unos meses. El dolor seguía muy presente en los corazones.

Del otro extremo, Italí llegó con su mamá a recibir a sus familiares y se sentaron a un lado de la tumba a comer un tamal y atole.

Mientras tanto, en otra tumba, una familia de hijos e hijas, acompañó a su pader a rezarle y convivir con el recuerdo de la mamá que ya partió de la tierra. Para mitigar el frío y convivir en el panteón, trasladaron hasta ese lugar un anafre donde prepararon tlayudas para la cena y llevaron varias bebidas.

 

Foto: Luis Cruz // Al amanecer y arreglar un poco lo que el viento frío había movido de su lugar.

 

El escenario en el panteón de Santa María Atzompa estaba entre la nostalgia y la fiesta, porque un grupo musical amenizó la vela con música ranchera y de balada popular.

La calle principal de este municipio conurbado a la capital, se cerró a la circulación en inmediaciones del panteón; llegaron cientos de personas, principalmente turistas quienes se asombraron con la tradición oaxaqueña.

Antonio Zárate, contó que desde niño acudía con sus familiares a realizar la velada y ya es una costumbre arraigada en esta comunidad y dada la difusión, ahora, son cientos de turistas quienes llegan.

Nosotros tenemos la costumbre de acudir desde la noche del 31 de octubre y esperar hasta que el cuerpo aguante porque hace frío. Pero estamos cumpliendo en iluminar la llegada de nuestros muertos, en mi caso, de mi hijo y mis abuelos”, dijo.

Así pasaron las horas en el panteón en donde se realiza esta velada, al igual que otros puntos como Santa Cruz Xoxocotlán y el barrio de Xochimilco en la ciudad de Oaxaca.

De esta manera se prepararon las familias para recibir a sus muertos.


aa

 

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