Abuelas y abuelos: trabajar para sobrevivir

Con 58 años de edad, Candelaria se convirtió en abuela. Para ella, quien cuenta que para su época se casó “ya grande” y se convirtió en madre casi a los 30 años, ser abuela fue un gran anhelo. Ahora tiene tres nietos; la mayor, de 7 años, y la menor, de 3.

Solo tengo dos hijos y fui viuda muy joven”, cuenta la adulta mayor de ahora 65 años de edad, quien como miles de adultas y adultos mayores de la entidad ejercen este rol en condiciones varias. A veces con un apoyo económico o sin este, y por el cual deben de trabajar. Este 28 de agosto, en el país se conmemora el día de las y los abuelos.

En su caso, y aunque reconoce que tuvo que trabajar mucho para sostener a sus hijos tras la muerte de su esposo, la pandemia la hizo retirarse de una ocupación que aún extraña: atender la refresquería que le dieron sus padres en vida y con la que sostuvo a sus hijos. Pero con las dolencias de la edad y algunas secuelas de la poliomelitis, confiesa que no está muy segura.

Me da por regresar a mi trabajo, aunque sea poquito. Era un hábito y cuando lo dejé lo sentí mucho porque siempre viví en ese mundo. Ahora ya lo pienso para regresar porque ya estuve casi cuatro años de floja”.

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Candelaria es una de las 653 mil 290 personas de 60 años y más que se estiman para el estado de Oaxaca, 15 de cada 100 habitantes que se calcula que hay en la entidad (4 millones 220 mil 951). Aunque en su sector poblacional, la mayor parte son mujeres (350 mil 363); los hombres, 302 mil 927.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al primer trimestre del 2023, la población de 60 años y más de edad en el país se estimaba en 18 millones 403 mil 745 personas (adultas mayores). Es decir, alrededor del 14 por ciento de la población total del territorio, que para entonces se calculó en 129 millones 35 mil 733 habitantes.

Con sus dos hijos casados, ser abuela y cuidar a la menor de sus nietas ha significado para ella un impulso en los últimos años, especialmente durante la pandemia de Covid-19. Y es que, aunque el cuidado que muchas veces ejercen personas como ellas tenga tanto impacto positivo como negativo, para ella es una labor de apoyo a su hija. “Ella trabaja y le es imposible estar todo el día al cuidado de la menor”, explica Candelaria.

Yo solo guiso y veo a ella (la menor), de los demás se encarga ella. Y ahí andamos juntas las dos siempre”, cuenta la adulta quien refiere que el apoyo es mutuo, pues ella a cambio no tiene que preocuparse por generar ingresos propios. Si bien describe que en su vida ha sido fundamental trabajar, ahora lo ve más como una necesidad de hacer otras cosas, al menos algunas horas.

Fuentes de ingresos

Mientras Candelaria cuenta su historia y disfruta de un paseo por el Zócalo de la ciudad de Oaxaca, otros adultos mayores, muy probablemente abuelos, deambulan ofreciendo dulces, frituras o productos artesanales.

En sus casos, laborar se ha convertido en una necesidad para sobrevivir, a falta de otras fuentes de ingresos o la insuficiencia de estos, por ejemplo. Muchas de estas personas mayores son mujeres.

En el estado de Oaxaca del millón 916 mil 376 personas económicamente activas de más de 15 años (que tienen o buscan un trabajo), 268 mil 65 son personas de 60 años y más (casi el 14 por ciento). En tanto que 385,225 personas de más de 60 años de edad eran parte de la población no económicamente activa. Es decir, que está jubilada, pensionada o ejerce otras actividades como las del hogar, que no son remuneradas.

De esas, más de 385 mil personas adultas mayores, 162 mil 524 dijo dedicarse a quehaceres domésticos o del hogar, una labor que ejercen principalmente las mujeres: 149 mil 709 respecto a los 12 mil 815 hombres de 60 años y más que dijeron realizar estas actividades.

Aunque señala que es por voluntad, Candelaria podría considerarse en este último sector.