Penal femenil de Tanivet, reprobado
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Penal femenil de Tanivet, reprobado

Cogobierno, deficiente atención en salud, actividades ilícitas y deficiencia en alimentación; habitan 11 menores con sus madres


Fotos: Luis Alberto Cruz / De 163 mujeres privadas de su libertad en el Centro de Reinserción Social Femenil de Tanivet, 65% aún no recibe sentencia.
Fotos: Luis Alberto Cruz / De 163 mujeres privadas de su libertad en el Centro de Reinserción Social Femenil de Tanivet, 65% aún no recibe sentencia.

Las autoridades del sistema penitenciario de Oaxaca enfrentan grandes retos en la atención del Centro de Reinserción Social Femenil de Tanivet, heredados por pasadas administraciones que marcaron una tendencia reprobatoria en Derechos Humanos.

En este Centro ubicado a 50 minutos de la capital oaxaqueña, las autoridades lidian con una serie de irregularidades: cogobierno, actividades ilícitas, deficiencias en los servicios de salud y alimentación, así como un 65% de mujeres que aún no recibe sentencia.

En este inmueble inaugurado en 2004 se encuentran 163 mujeres privadas de su libertad, la mayoría por homicidio, secuestro y delitos contra la salud, de las cuales, apenas 57 ya han sido sentenciadas y la mayoría se encuentra en proceso. De estas últimas, hay mujeres que esperan un dictamen desde hace más de 15 años.

Durante un recorrido por este Centro de Reinserción Social encabezado desde hace dos meses por la directora Martha Patricia Ledezma, las autoridades señalaron objetivos de mejora en cada una de las áreas donde conviven las mujeres privadas de su libertad, así como 11 menores de edad que están con sus madres desde que nacieron.

En el último Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2022, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reprobó a este Centro de reinserción con una calificación del 4.54, luego de que en 2018 fuera uno de los mejores evaluados con 6.43. El objetivo para la actual administración, es lograr un mayor puntaje y combatir las deficiencias en los próximos años.

 

Izquierda: Las autoridades de Prevención y Reinserción Social con grandes retos ante las irregularidades heredadas.
Derecha: El área de cocina en Tanivet.

 

La mayoría en el olvido familiar

 

En este inmueble donde 8 de cada 10 son abandonadas por sus familias o con visitas de al menos una vez al año, las mujeres no portan uniformes como en otros centros penitenciarios y lucen las prendas que les permiten usar: vestidos, blusas, pantalones y otras de distintos colores.

Entre los pasillos y las distintas áreas, tanto de cocina, recreación, carpintería, pintura, panadería y biblioteca, la mayoría de las mujeres que se observan son jóvenes adultas; algunas con sentencias de 4 a 5 décadas y otras de apenas cuatro a siete años.

En el lugar también se hacen notar menores de edad guiados por las manos de sus madres, que los pasean por los jardines, los llevan a la ludoteca y otras áreas donde puedan distraerse y jugar. De los 11 menores de edad, uno es un niño y el resto niñas de 0 a 3 años, excepto el varón de cinco que aún sigue con la madre por diversos motivos.

 

En el Cereso Femenil de Tanivet, viven con sus madres 11 menores de edad.

 

Ejemplo de superación

 

Con 38 años de edad, Esmeralda, una de las mujeres privadas de su libertad, es ejemplo de superación en este Centro de Reinserción, donde logró concluir sus estudios a distancia como Licenciada en Administración. Originaria de Puerto Escondido, se encuentra a la espera de recibir su segundo título como licenciada en Pedagogía.

La joven mujer que recibió una sentencia de 8 años por transportación de arma y cannabis, asegura que en abril de 2024 ya logrará su libertad y espera reencontrarse con su hijo de nueve años, quien quedó a cargo de sus familiares.

En contraste, otras mujeres con más edad que Esmeralda, esperan sentencia desde hace más de 15 años, luego de pasar de abogado en abogado sin solución alguna, pese a que varias aseguran no haber cometido el delito por el que se les acusa.

En este espacio que también reprobó por la insuficiencia de personal de seguridad y custodia, la mujer privada de su libertad con menor edad tiene 22 años y la mayor 67. Todas, si así lo desean, pueden participar en talleres de artes plásticas, panadería o artesanías, con las cuales logran captar recursos para solventar sus gastos.

 

Izquierda: Mujeres privadas de la libertad muestran su artesanía.
Derecha: Cuadros de pintura de las internas.

 

Siguen llegando con golpes

 

Además de la falta de medicamentos, una de las quejas constantes de las mujeres privadas de su libertad es que la mayoría de quienes son aprehendidas por “la ministerial”, son golpeadas por horas o días antes de ingresar al Centro de reinserción.

Sabemos que muchas cometimos algún delito, pero eso no significa que nos tengan que golpear. Aquí no lo hacen, pero los policías que nos aprehenden sí”, señaló una de las mujeres, luego de afirmar que varias llegan con graves golpes con diversas secuelas de por vida.

Del cogobierno en este Centro de Reinserción, el subsecretario de Prevención y Reinserción Social, Roberto Claudio Castillo Ramírez, señaló que “durante una gestión de cinco años, las personas privadas de la libertad ganaron muchos espacios que no están permitidos en la ley”, como el caso de dos tiendas de abarrotes, las cuales eran acaparadas por una sola persona a la que se le dio concesión, pero que ya fueron recuperadas por las autoridades.

No sabemos los motivos específicos, pero ya recuperamos esas dos tiendas; la primera está habilitada y la segunda está por habilitarse”, destacó, después de reconocer otras irregularidades en las que se avanza “poco a poco”, a fin de evitar alguna problemática que genere desorden, inconformidad u otras acciones que puedan violentar las medidas de seguridad.

Al reconocer la labor de la recién nombrada directora, que ha dado avances en el tema administrativo, Castillo Ramírez afirmó que se trabaja para lograr cambios basándose en las normas y con previa información a las mujeres privadas de su libertad.

De las actividades ilícitas que detectó la CNDH en el centro de reinserción femenil, el funcionario afirmó que en este inmueble sí se han tenido decomisos, pero en menor medida que en los centros varoniles.

Yo reporté hace dos meses a una persona que estaba haciendo sus prácticas aquí en materia de psicología y traía un determinado gramaje de mariguana; no descartó el consumo de droga en el femenil, pero no es tan grave como en otros centros penitenciarios. No los descarto, pero debe ser mínimo”, enfatizó, luego de afirmar que en el total de centros penitenciarios se percibió un alto consumo de sustancias ilícitas y alcohol.

Del mismo modo, reconoció que el medicamento del cuadro básico es precario, con 5.85 pesos aprobados al mes por cada mujer privada de su libertad, y por lo cual apuestan por la capacidad de gestión en beneficio de las mismas mujeres.


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