Crece en pandemia 30% el trabajo infantil
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Crece en pandemia 30% el trabajo infantil

“El ajetreo de la Central no es para los niños”, indica un locatario de la principal zona comercial del estado


Fotos: Adrián Gaytán / En la Central de Abasto, crece el trabajo infantil.
Fotos: Adrián Gaytán / En la Central de Abasto, crece el trabajo infantil.

De 14 años de edad, Jorgito acude a la Central de Abasto los fines de semana para ayudar a su hermano de 17 en el traslado de costales de frutas a los comedores y pequeñas tiendas de abarrotes.

Originario de Santa Lucía del Camino, asegura que acude a la escuela de lunes a viernes, pero los fines de semana debe levantarse temprano para acompañar a su hermano en esta actividad hasta el mediodía.

Quienes lo conocen aseguran que es un niño tranquilo y educado, sin problemas que hagan pensar que es golpeado en casa. Hace poco más de un año empezó a trabajar en el Mercado, ayudando a empujar los diablitos de carga.

Jorgito es tímido con las personas que no conoce; apenas sí quiere pronunciar palabra cuando se le pregunta de dónde son sus padres y si ayudar a su hermano es lo único que hace cuando llega a la Central.

Algunos de los vendedores de frutas aseguran que su madre y padre también son comerciantes, pero solo ocupan a Jorgito los fines de semana para ayudar al hermano que llega desde las 6 de la mañana.

La primera vez que vi a Jorgito fue cuando quiso cargar un costal de frutas y se le cayó porque le ganó el peso. Por eso el hermano solo lo puso a empujar, porque el niño es delgadito y todavía no aguanta”, expresó uno de los vendedores, luego de asegurar que el semblante del menor se le ve tranquilo.

Algunos de los comerciantes que lo ven todos los días reconocen que Jorgito no debería estar en esas labores por ser menor de edad, pero justifican que solo lo hace para ayudar a la familia como en muchos casos que se tienen en el lugar.

Pues sí está mal, pero el niño no se ve mal. Si lo viéramos maltratado o todo desnutrido pues yo creo que sí actuaríamos”, señala una vendedora de la zona, al reconocer que ella tiene a sus hijos en casa con la abuela porque el ajetreo en la Central no es para los niños.

 

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Oaxaca, primer lugar en trabajo infantil

 

Jorgito forma parte de los más de 153 mil niñas, niños y adolescentes que la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil estima en Oaxaca en estas condiciones, aunque diversas organizaciones afirman que el número es mucho mayor.

La última Encuesta reflejó que Oaxaca ocupa el primer lugar en tasa de incidencia de trabajo infantil y ocupación peligrosa, así como en los quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, por encima de la media nacional.

En la entidad, la tasa de trabajo infantil en menores de 5 a 17 años de edad es del 21.5 en comparación con el 11.5 nacional. Poco más de 63 mil se encuentran en ocupación peligrosa y 45 mil están por debajo de la edad mínima.

 

Ofreciendo su artesanía en el Centro Histórico de Oaxaca.

 

Invisibilizado el trabajo infantil

 

La coordinadora de programas dirigidos a la niñez y adolescencia de la asociación Solidaridad Internacional Kanda (Sikanda), Esperanza Cárdenas Salcido, explicó que el trabajo infantil es parte de las violencias en niñas, niños y adolescentes, pero no es reconocido como tal y es normalizado.

No son personas adultas y son personas que tendrían que estar haciendo otras cosas según su desarrollo, sabiendo que hay personas suficientes y obligadas a su protección”, expuso Cárdenas Salcido.

Resaltó que el trabajo infantil se considera como una de las violencias más invisibilizadas y normalizadas, que muchas veces se confunde con el trabajo de aprendizaje, sobre todo cuando papá y mamá los llevan a trabajar con ellos porque no hay condiciones de quedarse sola o solo en casa.

Expuso que muchas niñas y niños se encuentran laborando en prácticas agrícolas, de servicios como venta de frutas o comida, entre otros espacios donde todos observan y no lo ven como violencia, sino como una desventaja económica.

Es una violencia permitida que se ve en la calle y que estamos ejerciendo todas las personas que les miramos trabajando y no decimos nada porque siempre estamos justificando. Las niñeces no pueden protegerse a sí mismas; muchas llegan a los servicios de salud por accidentes laborales y no hay una cifra exacta de trabajo infantil por las miradas dispersas”, destacó.

La coordinadora estimó además que la pandemia por Covid-19 generó un incremento de hasta el 30% de trabajo infantil, sobre todo en ámbito rurales y migración por falta de oportunidades en sus poblaciones.

Muchos realizan trabajo forzado y no es por gusto”, añadió Cárdenas Salcido, luego de reconocer que en la mayoría de los casos sí hay personas adultas que explotan a las niñeces y son beneficiados por ese trabajo.

 

Trabajo infantil, desde los cinco años

 

En tanto, la coordinadora del programa Canica, A.C., Angelina López, expuso que durante la pandemia las y los menores en situación de calle estuvieron en confinamiento en los primeros años, pero después empezaron a regresar y en un horario más nocturno, porque consideraban que no había tanta gente.

El trabajo infantil ha ido en aumento por la derrama económica que brinda, sobre todo en un estado turístico”, resaltó, al mismo tiempo de considerar importante las alianzas entre organizaciones e instituciones de Gobierno, con el objetivo de evitar todo tipo de violencia en las niñas, niños y adolescentes.

 

Hay mucha población infantil que viene por temporadas y por ello es importante las denuncias; se ha identificado que hay niños que vienen de Chiapas en temporadas altas y luego se van. Con las actividades que se dan por la Guelaguetza, se sabe que habrá un incremento”, destacó.

La edad promedio de las y los menores que salen a trabajar se da a partir de los 5 o seis años, que es cuando “desarrollan las habilidades aritméticas por la necesidad de estar en el espacio público”.

Diversas organizaciones reconocen además que el trabajo infantil expone a las y los menores de edad a todo tipo de violencias, tanto física, psicológica y sexual, así como los expone a todo tipo de enfermedades o accidentes.

Explicó que el trabajo infantil es parte de las violencias en niñas, niños y adolescentes, pero no es reconocido como tal y es normalizado.

 

Menores de edad venden dulces y productos de artesanías en el Zócalo.

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