Marcelina ve titubear la llama del voceador
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Marcelina ve titubear la llama del voceador

Con apenas 15 años de edad comenzó en un trabajo que comparte con otros de sus familiares.


Marcelina ve titubear la llama del voceador | El Imparcial de Oaxaca

Rodeada de publicaciones para todo tipo de públicos, juguetes, algunos accesorios y artículos varios, Marcelina ha tenido que diversificar su actividad y productos para resistir como voceadora en la ciudad de Oaxaca. Aunque ha dejado las calles para establecerse en un local, su trabajo sigue en la vía pública, desde donde ofrece a sus lectores los diarios de circulación estatal y nacional.

Con 68 años de edad, Marcelina Soriano Ramírez ha pasado 53 años en este oficio. Con apenas 15 años de edad comenzó en un trabajo que comparte con otros de sus familiares.

“Empecé en la calle de Reforma, cuando existía el cine Reforma, donde ayudaba a mi hermana y a mi cuñado”, recuerda la vendedora que con su familia vendía los periódicos desde un puesto y las calles. 

En ese entonces, las ventas “eran maravillosas”, en parte porque “no había televisión, nada más radio”. Eso propiciaba que ante “una nota importante” la demanda de periódicos generara largas filas.

“Estamos hablando de hasta mil periódicos que vendíamos por algún evento, pero ya en días normales vendíamos 500, 400 o 600”.

Aunque en las últimas décadas el mercado de publicaciones impresas ha sido impactado por las tecnologías, el internet y los dispositivos móviles, Marcelina señala que uno de los mayores cambios se dio a raíz de la pandemia de Covid-19.

“Todo se fue para abajo (con la pandemia). Sí venía bajando un poco la venta por todo lo electrónico, pero todavía se vendía”, explica la vendedora, quien estima que al día son entre 20 y 25 los ejemplares que comercializa, generalmente con clientes fijos y personas adultas mayores.

En otras ocasiones, las ventas de ejemplares del día o anteriores se deben a necesidades de estudiantes para sus trabajos escolares o por alguna publicación de interés.

Ante los retos que implican el avance tecnológico y la pandemia, Marcelina tuvo que recurrir a otras estrategias para subsistir. Desde su local en la venida central, además de los periódicos y revistas ofrece libretas, juguetes y todo tipo de productos. 

“Algunos compañeros dejaron de vender en sus esquinas porque ya no les sale. Nosotros porque tenemos muchas cositas todavía nos mantenemos firmes”.

Como las bajas ventas derivadas de la pandemia, varios compañeros voceadores fallecieron a causa de la pandemia, cuenta Marcelina. La salud es otro de los retos y necesidades que el gremio de voceadores y expendedores de periódicos enfrentan en Oaxaca.

Hasta hace unos años, fue con el seguro popular con el que algunos se apoyaron para la atención de sus males, pero ahora deben de recurrir a la atención médica particular.

“Yo le digo a los compañeros que el trabajo es pasión, emoción, estar con gusto, porque solo así salimos adelante”.

 


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