Procesión del Silencio: la fe toma las calles de la capital
La Procesión del Silencio es un momento de reflexión previo a la resurrección de Jesucristo
El olor del incienso, el sonido del tambor, las imágenes religiosas y la fe de las y los católicos para aguardar el paisaje bíblico de la Semana Santa, son parte de las expresiones que acompañan la Procesión del Silencio en las principales calles de la ciudad de Oaxaca.
Desde el Templo de la Preciosa Sangre de Cristo, los primeros en salir fueron la cruz, los estandartes que llevan los relicarios y detrás, avanzaron los fieles que llevan consigo diversas imágenes del señor Jesucristo.
Entre las imágenes que se veneran en esta procesión que fue encabezada por el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, destacan el Señor de la Columna, Jesús de la Humildad, Jesús de Nazaret, la Virgen Dolorosa, el Señor de las Peñas, el Señor de las Tres Caídas, el Señor del Rayo, el Señor de las Tres Caídas, entre otras que se veneran en los principales templos católicos de Oaxaca.
También participan hombres y mujeres, algunos caminaron descalzos y otros cargando una cruz en solidaridad por los momentos que se rememoran en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
La Procesión del Silencio recorrió el Andador Turístico de la ciudad de Oaxaca, donde miles de turistas locales, nacionales e internacionales se dieron cita para admirar las celebraciones religiosas que se llevan a cabo en la capital oaxaqueña.
En esta celebración religiosa, participaron también mujeres que se cubrieron con rebozos y capuchas negras y blancas, pues para la iglesia católica este Viernes Santo significa un momento para acompañar a la Virgen María en su dolor por la crucifixión y muerte de su hijo Jesucristo.
Las y los feligreses, acompañados por representantes de la iglesia católica, avanzaron por la calle de Allende, García Vigil, la Avenida Independencia para volver nuevamente sobre el Andador Turístico y al Templo de la Preciosa Sangre de Cristo.
Para los creyentes, esta celebración no solamente tiene un significado turístico, sino representa un momento de reflexión y acompañamiento de la Pasión y Muerte de Jesucristo, de mostrar la solidaridad previo a la Resurrección.
Es por ello, que la Procesión del Silencio se vivió con mucha fe y con mucho respeto entre los participantes, así como por las y los visitantes que se dieron cita en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca.
