Celebra la Iglesia Cuarto Domingo de Adviento
Envía Arzobispo sus mejores deseos para esta Navidad
Desde la Catedral Metropolitana de Oaxaca, el padre Alejandro Rodríguez, encabezó la misa del Cuarto Domingo de Adviento, la semana previa al nacimiento del Niño Dios que se llevará a cabo el próximo 24 de diciembre.
En la ceremonia eucarística, el rector de la Catedral pidió a las y los feligreses renunciar a todo lo que “impida que Jesús nazca en nuestros corazones, que la vela encendida nos recuerde que el tiempo está llegando a su fin, porque este es el Cuarto Domingo de Adviento, la última en morado y que nos recuerda que el tiempo de preparación está llegando a su etapa final, el tiempo es cada vez más más pequeño para celebrar el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo”.
El sacerdote detalló sobre el paisaje bíblico del nacimiento de Jesús. “Este nacimiento se dio en medio de las dificultades y en medio de los conflictos que como esposos y familia podían tener, pero siempre estaba la mano de Dios para no destruir lo que se había formado, una familia. Aprendamos a leer los pequeños signos del que Dios nos habla todos los días como creyentes, que nos invita a no tener miedo y poner nuestra confianza y esperanza en lo que Dios nos dice”.
Ante las y los creyentes pidió por la fortaleza de los matrimonios que llegan a enfrentarse a una serie de dificultades, “por quienes tienen dudas en su fe, por todos ellos, pidamos por la paz, por nuestra ciudad, por nuestras familias”, externó.
Arzobispo envía sus mejores deseos
Por su parte, a través de una carta enviada para las y los feligreses, el Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, adelantó sus buenos deseos, al señalar que cada Navidad es una gran oportunidad para recibir a Jesús en nuestras familias.
Al recibirlo transforma nuestra sociedad para amarnos y estar siempre atentos unos de otros, vivamos la alegría de esta hermosa Navidad, que reine el gozo y la paz que nos trae nuestro Señor Jesucristo”.
También pidió que Jesucristo ilumine el camino de todas y todos los fieles, “para vivir como verdaderos hermanos y en sus hogares reine siempre la paz, la armonía y el amor”.
