Cinco militares recibieron una condena de 90 años de prisión por el asesinato de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de mecatrónica del Tecnológico de Monterrey, hecho que ocurrió en marzo de 2010. El juez José Reynoso Castillo, adscrito al juzgado cuarto de distrito de Nuevo León, dictaminó esta primera sentencia, declarando a los militares culpables de homicidio calificado con agravante de ventaja.
A pesar de la sentencia de 90 años, el sistema jurídico mexicano establece un tope de 60 años de prisión. Además, aún quedan pendientes condenas por otros delitos relacionados con este caso, incluyendo robo de identidad, abuso de autoridad y exceso de fuerza.
De los cinco condenados, tres se hallan en una cárcel militar y dos en un penal de Nuevo León. Un sexto implicado, aún en proceso, se encuentra desaparecido.
La familia Mercado Medina, afectada directamente por el caso, señaló la tardanza en la resolución, que atravesó el cambio de dos jueces, la reforma del sistema penal y dos administraciones gubernamentales. Durante este proceso, lamentablemente fallecieron los padres de Javier.
La madre de Jorge Mercado hizo un llamado a otras madres en busca de justicia por sus hijos, alentándolas a perseverar en su lucha por encontrar la verdad y lograr que se castigue a los responsables.
El colectivo “Todos somos Jorge y Javier” celebró la decisión como una victoria en el procesamiento de violaciones a derechos humanos por parte de instituciones militares. Enfatizaron que es un triunfo significativo para la memoria y la verdad.
Los estudiantes, originarios de Saltillo, Coahuila, se destacaron por su excelencia académica. La noche del incidente, permanecían en la biblioteca del Tec de Monterrey estudiando. El contexto de este asesinato se dio en un México en guerra contra el narcotráfico bajo el mandato del presidente Felipe Calderón Hinojosa. Esa misma noche, en Monterrey, hubo un enfrentamiento entre el crimen organizado y el Ejército Mexicano, producto de una llamada anónima sobre dos mujeres secuestradas.
Este caso, por su gravedad y contexto, marcó profundamente el periodo presidencial de Calderón, evidenciando las tensiones y desafíos de la guerra contra el narcotráfico.