La conservación del jaguar, el mayor felino de América, no solo es crucial para la biodiversidad, sino que también representa una oportunidad económica significativa. Según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), proteger 15 hábitats clave del jaguar en 14 países latinoamericanos podría generar servicios ambientales con un valor estimado de hasta 4 mil millones de dólares anuales. Este monto es seis veces mayor que el valor de las actividades económicas actuales en esas regiones.
UN HÁBITAT AMENAZADO
El jaguar enfrenta una crisis: ha perdido cerca del 50 % de su hábitat debido a la caza, la deforestación, los incendios forestales, la expansión agrícola y los efectos del cambio climático. Actualmente, se estima que existen alrededor de 173 mil ejemplares distribuidos en 18 países de América Latina, un número que, aunque considerable, está en constante declive.
El informe, publicado el 28 de noviembre en vísperas del Día Internacional del Jaguar (29 de noviembre), identifica 15 áreas críticas para la preservación de esta especie y otros servicios ecosistémicos esenciales. Estas áreas, que abarcan 2.44 millones de kilómetros cuadrados y son hogar de 62 millones de personas, incluyen ecosistemas tan diversos como el Pantanal, la Amazonía, la Selva Maya, el valle del Putumayo, el Chaco, el Impenetrable, Misiones y el Bosque Atlántico brasileño.
De acuerdo con WWF, casi el 48.5 % de estas zonas ya están protegidas formalmente, pero aún enfrentan presiones económicas y ambientales. Sin embargo, la organización destaca que estas áreas podrían generar ingresos por entre 15,800 y 22,200 dólares por hectárea anualmente a través de servicios ecosistémicos como la producción sostenible de alimentos, madera, agua y recursos genéticos, además de créditos de carbono y actividades de ecoturismo.
UN RECURSO ESTRATÉGICO
“El jaguar es mucho más que un símbolo cultural. Es una especie que representa un recurso estratégico para la estabilidad ambiental y económica de la región”, señaló Roberto Troya, director de WWF para Latinoamérica y el Caribe.
Troya subrayó que el informe tiene como objetivo inspirar a gobiernos, empresas e instituciones financieras a invertir en la conservación de los hábitats del jaguar. Esto no solo es una responsabilidad ambiental, sino también una estrategia económica de alto valor.
En un contexto donde las actividades humanas impactan severamente los ecosistemas, WWF propone una visión en la que la preservación de la naturaleza y el desarrollo económico pueden coexistir. Al promover la sostenibilidad en estos hábitats clave, no solo se garantiza la supervivencia de una especie icónica, sino que se crea un modelo económico viable para las comunidades locales y los países involucrados.