Pérdidas económicas por la crisis que limitó la compra de flores, aunado a la competencia desleal e incluso por la inseguridad, fueron el saldo para varios comerciantes de flores durante las festividades de Día de Muertos en la ciudad de Oaxaca.
El domingo, un día después de las celebraciones, la plaza y tianguis de la Central de Abasto habían desaparecido y no se observaban más aquellas multitudes de los últimos días. En la zona del corralón, a orillas del río Atoyac, aún estaban algunos introductores de flores que reportaron pérdidas, pero que tenían varias “maletas” de cempasúchil y cresta de gallo o borla en remate para recuperar la inversión.
“Desafortunadamente, no fue lo que esperábamos, en el año son dos o tres temporadas que esperamos para recuperarnos y en esta temporada por la situación económica y la competencia desleal porque hubo introducción de flor en exceso, los comerciantes medios no tuvimos la venta que esperábamos”, contó una vendedora que prefirió omitir su nombre.
Junto a otras variedades de flores, la comerciante señaló que la de cempasúchil se remata para alcanzar por lo menos la inversión, aunque sus esperanzas eran mínimas, pues las flores son “un producto que con el paso de los días va bajando su precio y se descompone”.
Fechas como el 14 de febrero, 10 de mayo y Día de Muertos son las temporadas que más esperan comerciantes como ella, pero que en esta ocasión no lograron el repunte necesario de las ventas, a pesar de que la flor de cempasúchil que ofrecieron era de los campos oaxaqueños.
“Este año hubo mucho cempasúchil y borla que vino de fuera, de Puebla y Estado de México. Los costos que manejamos no nos permiten competir, es como las marcas chinas… Varios compañeros se quedaron con rezago y desafortunadamente es una gran inversión. Lo que no se pueda recuperar se va a la basura”, dijo.
Otras competencias son los supermercados, donde consideró que las flores son de semillas mejoradas y no nativas, además de que incluso con mayor precio que en la Central son compradas.
A decir de la vendedora, también han faltado apoyos gubernamentales para inversión. “Debería de haber un fideicomiso, a veces se trabaja con créditos de empresas que manejan muy alto el interés”.
A la Central de Abasto la gente tampoco quiere acudir por la inseguridad, expuso. Por eso exigió a las autoridades garantizar las condiciones para que la clientela pueda acudir sin sentirse insegura.
En los alrededores del mayor mercado de la ciudad y estado, la flor terminó como basura, y de la venta de calaveritas de azúcar ya no había rastro durante la mañana del domingo en la diagonal de Mercaderes. Los puestos que habitualmente se instalan apenas empezaban a levantar las lonas y estructuras mientras al fondo ya estaban los de frutas, verduras, pollo, pescado y demás.
Sin embargo, en algunos aún quedaban rezagadas algunas calabazas, hojas de plátano para los tamales, camotes, tejocotes y otros productos que generalmente se adquieren para los altares de muertos y las celebraciones recientes. El pan de muerto también se mantenía en los puestos reubicados en el estacionamiento y la bahía de la avenida Margarita Maza.