En México, la actividad física entre la población adulta ha mostrado una preocupante tendencia a la baja en los últimos años.
Según el Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (Mopradef) del INEGI, en 2021, el 39.6% de las personas de 18 años y más realizaba algún deporte o ejercicio en su tiempo libre. Esta cifra descendió al 38.9% en 2022 y 38.6% en 2023, aunque en 2024 hubo una leve recuperación al 41.1%.
Oaxaca no es la excepción a este panorama. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2021, el 69.8% de la población mayor de 20 años en la región Pacífico Sur, demarcación que incluye a Oaxaca, disminuyó su actividad física durante la pandemia de Covid-19.
Ante esta crisis de sedentarismo, el gobierno estatal ha promovido iniciativas como “Actívate Oaxaca”, implementada por el Instituto del Deporte de Oaxaca (Indeporte) en octubre de 2024, con el objetivo de combatir el sedentarismo y fomentar estilos de vida saludables. Sin embargo, estas estrategias parecen no estar generando el impacto esperado.
Aparatos en desuso
Uno de los proyectos más ambiciosos para fomentar la actividad física ha sido la instalación de gimnasios al aire libre, actualmente rehabilitados e instalados en municipios con altas tasas de crecimiento poblacional.
Estos espacios cuentan con equipos como remadoras, caminadoras, press de pecho y de pierna, elípticas y máquinas multifuncionales, diseñados para beneficiar a una población de entre 15 y 60 años.
No obstante, la realidad contrasta con la intención original del proyecto. Aunque varios parques y gimnasios fueron rehabilitados a finales de 2024, la afluencia de usuarios es mínima, o incluso sirven como juegos para menores de edad.
Quienes acuden a estos espacios suelen limitarse a caminar o trotar, dejando los aparatos en desuso.
Ejemplo de ello es el Parque Primavera, que se convirtió en una alternativa para los habitantes de la zona sur de Oaxaca. Sin embargo, en la colonia Arboleda, un gimnasio al aire libre que alguna vez funcionó, actualmente está abandonado, convirtiéndose en un refugio para personas en situación de calle. Tras el reciente rescate del Río Atoyac, el espacio reapareció, pero sigue sin ser utilizado.
Expertos en entrenamiento físico señalan varios factores entre la población para no utilizar estos espacios y en su caso prefieren pagar una mensualidad en un gimnasio para tener un entrenador que explique el uso correcto de estos aparatos.
Hay quienes desconocen sobre su uso; a pesar de las campañas gubernamentales, el interés por la actividad física sigue siendo bajo; asimismo, algunos gimnasios al aire libre se encuentran en zonas poco vigiladas o han sido vandalizados.