El mercado 20 de Noviembre, corazón gastronómico de Oaxaca
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El mercado 20 de Noviembre, corazón gastronómico de Oaxaca

Entre murales que destacan la alimentación ligada al maíz y pasillos que diariamente congregan a comensales, es punto obligado para conocer la gastronomía del estado


Fotos: Adrián Gaytán / La comida oaxaqueña es el mayor atractivo en el mercado 20 de Noviembre.
Fotos: Adrián Gaytán / La comida oaxaqueña es el mayor atractivo en el mercado 20 de Noviembre.

El bullicio se da casi a la par del sonido de los platos que se colocan en las mesas para ofrecer el coloradito, las entomatadas, las tlayudas, el humeante caldo de menudo o las carnes asadas.

Además del ofrecimiento del pan de cazuela, del de yema u otros, en estas cocinas y pasillos se escuchan risas, el sonido de la carne al freírse o asarse, el choque de los vasos o el sorbo que alguien da a su tazón de champurrado, café o atole blanco.

Desde las 7:00 horas, los pasillos del mercado 20 de Noviembre empiezan a recibir a los comensales, algunos de los cuales llegan incluso al anochecer o pasadas las 20:00 horas. La comida oaxaqueña es el mayor atractivo de este espacio que sus locatarios describen como el “corazón gastronómico de Oaxaca”.

Entre murales que destacan la alimentación ligada al maíz y pasillos que diariamente congregan a cientos de comensales, el mercado 20 de Noviembre es punto obligado para conocer la gastronomía del estado.

En los restaurantes de afuera es la temporada de chiles en nogada, del pozole o las tostadas, pero acá no. Acá es pura comida típica los 365 días del año”, dice el propietario del comedor Los Jarritos.

 

Hay de todo: desde coloradito, las entomatadas, las tlayudas, el humeante caldo de menudo o las carnes asadas.

 

Los moles, elaborados según las recetas que se han compartido entre generaciones, son unos de los platillos que caracterizan a Oaxaca, explica el propietario de este local, Jorge Armando Ramírez, y quien cuenta que las fiestas patrias son una ocasión para que locales y visitantes conozcan la diversidad de platillos y alimentos propios del estado o que aunque se realizan en otros estados tiene aquí su propio sello.

Amarillo, estofado, mole negro y coloradito son solo algunos de los moles que se pueden conocer y degustar en este mercado. Y que son parte de la “identidad” que hace de este mercado el “corazón gastronómico de Oaxaca”. Pero siempre con una sazón que, aunque distinto entre locales, logra atrapar a visitantes locales o de otras partes del estado y del país.

Cada día, en este mercado se congregan familias enteras o grupos de amigos que llegan para probar un mole de coloradito, basado en el chile guajillo, o el mole negro, que lleva chile meco, chile pasilla, chile chilhuacle y poco más de 20 ingredientes.

Entre la decoración de papel picado, el ir y venir de la gente, cada día este mercado es el punto de reunión que tan solo aquí reúne siete tipos de moles, sin contar los que pueden haber en los 570 municipios.

El corazón gastronómico de Oaxaca no solo les abre las puertas este septiembre sino todos los días del año”, apunta el propietario.

 

Acá es pura comida típica los 365 días del año”: Jorge Armando Ramírez, propietario del comedor Los Jarritos

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