Inseguridad pone en jaque al Centro Histórico de Oaxaca

En los últimos días, el robo de autopartes ha sido uno de los delitos que han afectado tanto a turistas como a habitantes de la ciudad de Oaxaca. El asesinato de un notario a una cuadra del ex convento de Santo Domingo, a seis del Palacio de Gobierno o a ocho del palacio municipal es un “hecho aislado”, según las investigaciones de las autoridades. Sin embargo, el suceso da la pauta de la inseguridad que perciben vecinos del centro histórico.

La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) incluso confirma que la sensación de inseguridad la experimenta un gran porcentaje de la población mayor de 18 años, tanto a nivel nacional como en la ciudad que habita.

Tal es el caso de Oaxaca de Juárez, para la que el 68.8 por ciento de las personas encuestadas consideró como los lugares más inseguros los cajeros automáticos instalados en la vía pública, el transporte público, los mercados y las calles por las que transita habitualmente,

La inseguridad ha aumentado en los últimos años, dice Jorge Manuel Ríos, vecino de la calle Gurrión, aledaña al ex convento de Santo Domingo de Guzmán.

Tras el asesinato del notario, por el que la Fiscalía General ha negado que se trate de algo ligado a un asalto, el presidente municipal de la ciudad dijo que se han reforzado los operativos. Y que esto es de manera coordinada con el gobierno estatal y el federal.

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Pero para vecinos como Jorge, desde antes de este hecho no ha existido una estrategia real para garantizar la seguridad en el centro histórico o en el resto de la ciudad.

Por las calles, es habitual que los vecinos y comercios tengan cámaras de vigilancia ante el clima de inseguridad. Incluso en los propios mercados como el 20 de Noviembre se han instalado algunas, como refiere el administrador.

Como esta estrategia por las que Jorge ha gastado al menos 2 mil 500 pesos, la organización vecinal y el uso de silbatos son otras para tratar de protegerse.

Pero eso no ha impedido que ocurran “cristalazos” en calles como la de Allende, La Reforma y Abasolo, narra Jorge.

Tanto el municipio como el estado no tienen un plan”, apunta el habitante, quien llamó a las autoridades a que “se pongan las pilas”, pues “en vez de nos cuiden nosotros nos tenemos que cuidar”.