Reubicación de locatarios, un calvario; desplome de ventas
En avenida Independencia se va la caseta regresa puesto informal; colocan a algunos frente al Lula’a
Después de la inconformidad de comerciantes, vecinos y activista por la reubicación de locatarios por la remodelación del Mercado de Abasto, el ayuntamiento desinstaló la caseta de la avenida de La Independencia y la trasladó al estacionamiento del mercado Lula’a. Aunque en su lugar volvió a instalarse un puesto semi fijo, como los que presuntamente ya se habían eliminado del área.
La reubicación de la caseta en el Lula’a volvió a causar molestias presuntamente para locatarios de este naciente mercado adherido al de Abasto, debido a que ellos aún carecen del flujo de clientes y los locales temporales acaparan a estos.
EL IMPARCIAL buscó a locatarios del mercado Lula’a para conocer su inconformidad, sin embargo, prefirieron hablar por temor a represalias. Aunque reconocieron que a varios meses de lograr una de las 218 concesiones del mismo las ventas son nulas o bajas.
En el estacionamiento de esta mercado, la empresa Chocolate Mayordomo reubicó algunos de sus locales que tenía en la zona de pan y comedores, donde actualmente y al menos hasta diciembre se realiza una remodelación a cargo del gobierno federal.
Como esta empresa, otros concesionarios fueron reubicados alrededor del Lula’a, así como en las habías de Periférico y avenida Central y en el estacionamiento del DIF municipal.
Brenda Sánchez es una de las concesionarias que se ubicaba en la zona de pan y comedores y ahora está en el estacionamiento del Lula’a. Aunque su giro es la venta de productos varios, tuvo que ser reubicada en una de las cuatro áreas que hasta ahora ha empleado el ayuntamiento para más de 700 concesionarios afectados por las obras.
Sin embargo, quitar y reconstruir su puesto de manera temporal la dejó sin poder trabajar dos meses, tiempo en el que también perdió parte de la construcción original. Ahora, desde su local temporal y de menor dimensión a los anteriores, estima que ha gastado al menos 80 mil pesos para el nuevo espacio. Aunque tuvo apoyo para desmontar parte de las casetas, “hubo mucho daño en el material que se quitó”.
Hace apenas tres semanas que reabrió en el estacionamiento del mercado Lula’a, pero las ventas son muy bajas. “Como estamos retirados, la gente no nos encuentra y a los clientes que teníamos se les hace difícil porque el paso está peligroso”, explica. Sin embargo, espera que su presencia y de otros compañeros no cause problemas a los del interior sino que impulse las ventas para todos.
