Mercados, con aroma a copal y colmados de visitantes
Coloridos y con ánimos para disfrazarse según las nuevas interpretaciones de la tradición
Las flores de borla y cempasúchil visten de color a los mercados de la ciudad de Oaxaca, de donde emanan el intenso olor a copal, el humo del pasillo de las carnes asadas y las esperanzas de la reactivación económica.
En la temporada de Día de Muertos, sus pasillos son recorridos por turistas cuyos rostros están pintados de catrinas y catrines, con tocados y diademas de flores al estilo Frida Kahlo o como parte de un atuendo que se ha popularizado en los últimos años. Todo como parte de una nueva idea sobre las celebraciones en que en los hogares oaxaqueños es clave la colocación de un altar para recibir a quienes han partido del plano terrenal.
“¡Tlayudas, blandas!” “¿Qué va a querer?” “¡Chapulines!”, la oferta es variada y va desde alimentos hasta las claveritas de azúcar, el mole en pasta, las artesanías o el pan de yema. Entre las calles Las Casas, Aldama y 20 de Noviembre, el paso constante de turistas nacionales y extranjeros es fluido y por momentos los pasillos de los dos mercados tradicionales de la zona se ven abarrotados.
En el Benito Juárez, las artesanías, el papel picado y las tradicionales aguas frescas, nieves y tejate son algunos de los productos por los que se invita a pasar a locales y visitantes.
En el 20 de Noviembre, ir a degustar un pan de yema, un coloradito de pollo o un caldo de menudo es parte de la experiencia para quienes han venido a conocer la ciudad de Oaxaca. O para quienes optan por llevarse algún producto para el altar que elaborarían en su hogar, si se trata de locales que van por lo necesario para la visita de los fieles difuntos.
El tráfico lento por los puestos colocados en el arroyo vehicular o por los vehículos estacionados se suma a la experiencia de la temporada que también se toma como vacaciones para muchos. El andar en banquetas estrechas por la multitud o por algunos puestos en ellas es otra de las imágenes diarias de la calle Aldama.
Las festividades de Día de Muertos, que durante dos años fueron limitadas en su aspecto económico y turístico por la pandemia, han vuelto con nuevas expectativas.
