Llaman a rescatar las pocas áreas verdes de la capital oaxaqueña
El Cerro del Crestón, a pesar de ser área natural protegida y estar reconocida en el Plan de Ordenamiento de Zona Conurbada de Oaxaca, se encuentra olvidado
Al emplazar a las autoridades a rescatar las pocas zonas verdes de la ciudad, ambientalistas exigieron emprender acciones para el cuidado y protección de todas aquellas que puedan estar en riesgo.
Ante el crecimiento de la mancha urbana que “se ha comido” los pocos espacios verdes que existen en la capital, es necesario acudir al rescate de las áreas arboladas.
Nazario García Ramírez, dirigente del Colectivo de Organizaciones Ambientales de Oaxaca (COAO), insistió en emplazar a las autoridades a proteger las aéreas o zonas que se han convertido en susceptibles de ser comercializadas.
En mayo de 1937, el presidente Lázaro Cárdenas declaró, mediante decreto, las áreas verdes protegidas del Cerro del Fortín y Cerro del Crestón, denominándose entonces Zona Protectora Forestal Vedada.
Considerandos como “conservar y propagar la vegetación silvestre” y “regular el clima para la salud de los habitantes” eran los fundamentos por los cuales el mandatario había decidido salvaguardar estas áreas verdes.
Ante el riesgo de que la mancha urbana avance, demandó su protección pues muchos de estos espacios están lisos, sin pasto ni plantas y además en mal estado, deploró.
En el caso del Cerro del Crestón, este pulmón colindante del Cerro del Fortín, a pesar de ser área natural protegida y estar reconocida en el Plan de Ordenamiento de Zona Conurbada de Oaxaca, se encuentra absolutamente olvidado. No ha recibido ninguna atención, y corre el peligro de ser arrasado por la ciudad que crece rápida y desordenadamente.
De acuerdo con el Instituto de la Naturaleza y Sociedad de Oaxaca, existe un gran déficit de zonas verdes en la capital, pues a pesar de que hay parques y espacios de recreación, se carece de verdaderos pulmones naturales que permitan a la sociedad un desenvolvimiento que beneficie la calidad de vida.
Estableció que, al parecer, es muy limitada la visión que se tiene sobre los parques, ya que en lugar de ofrecer un sitio para la naturaleza, la construcción de espacios recreativos se limita a cubrir de bloques de cemento terrenos que permitan la proliferación de plantas.
Tal situación genera un gran riesgo para la comunidad, pues una ciudad sin áreas verdes es una ciudad con un clima extremoso, subrayó.
