En Oaxaca es necesario esforzarse para hacer frente a Covid-19
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En Oaxaca es necesario esforzarse para hacer frente a Covid-19

En el aniversario 488 por la elevación a rango de ciudad, Oaxaca de Juárez es percibida por su cronista, Jorge Bueno Sánchez, como una en donde es necesario esforzarse para hacer frente a la Covid-19


En Oaxaca es necesario esforzarse para hacer frente a Covid-19 | El Imparcial de Oaxaca
Foto: Internet

Aunque observa que como oaxaqueños se ha perdido el sueño y la tranquilidad, el cronista de Oaxaca de Juárez, urbe que hoy cumple 488 años de su la elevación a rango de ciudad, es una en la que “los oaxaqueños estamos tratando de entender qué está pasando”.

Para él, quienes habitamos la urbe no terminamos de comprender la grandeza de la naturaleza. Además de que en momentos como este, “la autoridad debería poner todo su empeño en evitar las acumulaciones de basura, mugre y de vendedores ambulantes en el portal de Palacio (de Gobierno). Es el momento adecuado para que la autoridad pueda salir adelante, posesionarse del papel que le corresponde y lograr que la gente se resguarde”.

Bueno Sánchez considera que si bien hay personas que si no trabajan no consiguen con qué vivir, también hay instituciones a nivel local y nacional que han estado procurando las despensas para grupos en situación de vulnerabilidad. Él piensa que con el contexto actual es “nadie se va a morir de hambre, pero sí nos podemos morir de la enfermedad”.

Y aunque no se puede recurrir a los festejos en este año, como piensa que en julio es posible que no se realicen las fiestas de los Lunes del Cerro, confía en que si se siguen las disposiciones en salud, para cuando pase la pandemia “estemos vivos y reunidos para continuar el día a día e historia de la ciudad”.

Ante el aniversario 488 de la elevación a rango de ciudad su percepción es la de una ciudad con un pueblo fatigado por lo que nos está sucediendo. Y si bien “el oaxaqueño siempre ha vivido muy alerta, con esfuerzo constante, que siempre ha sido austero en el dolor y en el sacrificio, lo que le pasa al mundo en estos momentos es muy superior a lo que vivió Oaxaca en las pandemias y epidemias que hemos mencionado muchas veces: en el siglo XVI, cuando llega la viruela; en el XVII, con una enfermedad que atacó al indígena, el cocoliztli”. Y con otras tantas como el cólera.

Aunque entonces el tiempo de propagación de la enfermedad era distinto. “Avanzaba con una lentitud de una década para que nos llegara la enfermedad. Hoy nos llegó mes y medio después de Europa; dos meses después de China. Estamos cambiando como sociedad a través de la transmutación que implican los virus y eso es terrible porque nos toca en este siglo vivir un cambio en muchos aspectos”.

La Oaxaca de plazuelas y calles viejas, de recuerdos, es para el cronista un territorio en el que el que nunca han faltado el sol ni la sanidad. Aunque sí una en el que el problema ha sido la transmisión de las enfermedades a través de los viajeros. “Y hoy se ha viajado con tal facilidad que somos portadores todos, de diferentes formas, de los virus que atacan a la humanidad”.

Oaxaca de Juárez es una ciudad en la que, en medio de la contingencia sanitaria, el cronista percibe cómo hay quienes tienen que salir para buscar lo elemental para sobrevivir, pero en la que hay otra parte que sigue sin acatar las disposiciones. “Es triste el contemplar que la mitad de la gente está resguardada y la otra mitad no entiende, no hace caso, está en una terquedad e idea de que esto no es cierto”.


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