Desde hace más de tres años, Wilbert Armando Cruz Althuzar decidió contar su vida mediante una colección de los objetos que le han marcado desde su niñez hasta en la actualidad.

En un espacio especial de su vivienda, expuso sus colecciones que consta de un sinfín de artículos como paquetes de discos y películas de personajes como Cantinflas, así como de artistas y grupos que marcaron una época a partir de la década de los 70.

“Desde hace varios años he coleccionado lentes, monedas, navajas, latas, envaces, pelotas, juguetes y todo lo que considero de valor que encuentro en mis viajes o bazares que suelo visitar con frecuencia”.

SUS PRIMERAS COLECCIONES

Las primeras colecciones de Cruz Althuzar fueron las películas de Cantinflas y un paquete de discos de acetato de Cri Cri. “Siempre he tenido esa inquietud de guardar todo lo que me gusta, pero cuando realmente comencé a darles el valor que se merecen mis objetos fue hace tres años, los coloqué en un espacio especial y fui apartando todo lo que encontraba del Chavo del Ocho”.

“Aunque todos tienen un significado muy importante en mi casa, el de mayor valor sentimental que guardo son todo lo que tiene que ver con el Chavo, creo que esa serie cómica marcó la vida de muchas personas que vienen de mi generación de los 70”.

Entre sus colecciones también se pueden encontrar videocaseteras en VHS de Disney, discos originales de Cri Cri de 1963, así como “discos de acetato del grupo Timbiriche que he tenido la fortuna de ser autografiados”.

Además, cuenta con una amplia recopilación de mascarillas, manoplas y pelotas de beisbol, “aunque no es tanta mi pasión por este deporte, me gusta mucho tener estos productos que marcaron historia en la vida deportiva de mucha gente”.

En este espacio especial no podían faltar las artesanías de madera que se fabrican en las comunidades indígenas de Oaxaca, ya que guarda carritos y tráilers hechos de manera artesanal. “Uno de los carritos está autografiado por Rosa Gloria Chagoyán, mejor conocida como Lola la Trailera”.

ARTÍCULOS DE OTROS PAÍSES

“Tengo también cosas de otros países, ahora que cumplimos 25 años de casados me fui con mi esposa a Japón y compramos algunos recuerditos, pero lo que tiene que ver con los llaveros la mayoría me los han regalado mis amigos lo que me ha ayudado a tener recuerdos de Francia, Brasil y otros países”.

Para poder conservar en buen estado sus colecciones, Wilbert explica que debe dedicarle tiempo para limpiar todo lo que ha acumulado. “Es mi pasión, me gusta limpiarlas, a veces me paso de dos a tres horas limpiando, quiero que duren mucho tiempo porque después van a quedar como recuerdo para mis hijos, ellos sabrán después si quieren conservar todo”.

“Hay de todo, tengo hasta bellotas que no se encuentran en cualquier lugar, son similares a los que se utilizaron en la película de La Era del Hielo, tengo además juguetes que les guardo un gran recuerdo como los de Mazinger Z, que era lo que me gustaba cuando era niño”.

UN REFLEJO DE SU VIDA

Con gran entusiasmo, el coleccionista muestra lo que él considera un reflejo importante de lo que ha sido su vida, “quién no recuerda a Vinicio Castilla, pues tengo una pelota con su autógrafo y gracias a mi trabajo en la aviación me he tomado muchas fotos con artistas, deportistas y personajes que han marcado las diferentes etapas en el país”.

“Cuando me dedico a limpiar todo me llena de mucha paz, a veces me sorprendo de ver que aún conservo muchas cosas que ahora ya no vemos en cualquier lugar como los joyeros antiguos, algunas gorras y sombreros”.

Derivado de la labor que ha realizado en la aviación, entre sus colecciones favoritas existen diversos modelos de mascadas que utilizaron sus compañeras y compañeros, “cuando se los muestro se sorprenden porque para muchos es un simple trapo de trabajo, pero para algunos tienen mucho significado conservar lo que va marcando nuestras vidas”.

EL CHAVO DEL OCHO

En su proyecto de colección, Wilbert explicó que fue encontrando muñecos de uno de sus personajes favoritos como lo es el Chavo del Ocho. “Empecé a coleccionarlas, primero fueron alcancías, después compré los chipotes chillones, cuando iba a los bazares me encontraba muñecos antiguos y de colección”.

“Mi objetivo era llenar una repisa de puras cosas del Chavo, pero fui encontrando más cosas y me fui extendiendo, mis amigos y familiares me han ayudado a recopilar desde playeras hasta muñequitos que hacen alusión a este gran personaje”.

Recordó que la serie cómica lo comenzó a seguir desde sus 8 años de edad, “en mi generación nos marcó mucho porque antes teníamos a ir a las casas de los vecinos que tenían tele para verlo porque en aquella época, no todos tenían la posibilidad de tener estos aparatos, a veces teníamos que pagar para verlo, antes solamente pasaba media hora en los lunes y teníamos que estar atentos a los capítulos”.

En su colección del Chavo del Ocho, se pueden ver desde alcancías, el personaje del Chapulín Colorado, discos de acetatos todos originales, cepillos, matracas, gorras, jugos, lápices, chifladores, rompe cabezas, dulceros, servilleteros, fomis, mochilas, películas, bolsas para fiestas del chavo, espumeros, avioncitos, carritos y trompos, todo en alusión a los personajes de Roberto Gómez Bolaños.

“Esta colección me trae muchos recuerdos, me recuerda la pobreza que vivimos en nuestra etapa de niños y eso nos amortiguó mucho porque nos daba alegría, por eso quiero dedicarle un poco de tiempo y espacio, ahora pido a los amigos que quieran tener sus recuerdos plasmados en esta colección que se sumen para que sea como un homenaje a este gran personaje”, apuntó.