Comercio informal en Oaxaca: “no es fácil ser ambulante"
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Comercio informal en Oaxaca: “no es fácil ser ambulante”

La falta de oportunidades académicas y económicas orilló a Yolanda Rafael a convertirse en comerciante informal


Comercio informal en Oaxaca: “no es fácil ser ambulante” | El Imparcial de Oaxaca

Yolanda Rafael Bernal, ha dedicado 12 años de su vida al comercio en la vía pública, pero las vicisitudes de este trabajo la obligaron a buscar un lugar semifijo -en el mismo ramo- para no arriesgar a los dos hijos que tiene.

Originaria del Estado de México decidió dedicarse al trabajo remunerado debido a la falta de oportunidades para estudiar y tener una profesión. Ya que ella no tuvo la oportunidad de asistir a la escuela, trabaja todos los días arduamente para que sus hijos puedan ir a la escuela.

Su local localizado en la calle de Fray Bartolomé de Las Casas, tiene playeras, camisetas, entre otras prendas con las que comercia para tener un ingreso económico, y aseguró que le va bien en los días de venta.

Antes de estar en este espacio comercial, recorrió diferentes tianguis como el de Tlacolula, Etla, Zimatlán, entre otros, lo cual era bastante complicado porque tenía que trasladar su mercancía a varios lugares, eso implicaba levantarse más temprano y dormir más tarde por las distancias.

“Para estar en los tianguis debes llegar temprano e irte ya tarde porque se tiene que colocar el puesto, levantarlo e irse”, explicó la señora de 36 años de edad.

El horario que manejaba era de las 7:00 a las 20:00 horas aproximadamente y para irse a una plaza, arriesgaba a sus hijos a las inclemencias del tiempo, además los menores recurrentemente tenían que ausentarse de la escuela, pues Yolanda los tenía que llevar a donde iba a vender cuando su madre no podía encargarse de los menores.

Desde que instaló este puesto ambulante ahora para su madre es más sencillo ayudar con el cuidado de los infantes.

“Uno decide la venta ambulante porque no hay de otra; hay que sacar dinero para la escuela, para la comida, ropa y los gastos que requieran en el colegio”, externó la madre de con niños de 8 y 5 años.

Anécdotas de una comerciante

Yolanda Rafael tiene un cúmulo de recuerdos y anécdotas de su trabajo de más de una década como comerciante ambulante y de las situaciones que pueden llegar a pasar dentro de su puesto.

Los comerciantes ambulantes e informales se encuentran en las calles de la ciudad de Oaxaca o acuden a los tianguis en las colonias de la Ciudad de Oaxaca y municipios cercanos para exponer sus artículos.

No obstante, en ese andar arriesgan muchas cosas, entre ellas su integridad física ya que en la calle el peligro está por todas partes.

“En una ocasión llevaba a mi hijo grande al tianguis, pero se me adelantó en el caminar y en eso, se perdió. Anduve desesperada localizándolo, pensando lo peor o imaginando que no lo encontraría”, contó.

Después de unas horas, Yolanda encontró a su hijo y de ahí, tuvo precaución para no dejarlo solo o que avanzara más de la cuenta, mientras ella bajaba sus cosas para acomodar la mercancía en el puesto.

También recuerda que en una ocasión cuanto estaba comiendo en su puesto de ropa deportiva, que está ubicado sobre la calle Las Casas, un enfermo llegó hasta el lugar y le de un manotazo le arrebató a su hijo mayor la comida.

“Decidimos no pelearnos por la comida porque la persona no venía consciente en todos sus sentidos y además que ya se llevaba el plato”, indicó.

Fue en esa ocasión cuando decidió ya no exponer a los pequeños a ninguna situación de inseguridad y pidió a la abuela de los niños que los cuidará mientras ella atiende su puesto.

“Hay ocasiones en que es imposible que no te acompañen y vienen conmigo para estar cuidándolos”, externó.

Debido a la inseguridad, entre los comerciantes tratan de estar pendientes unos de otros, pero eso no impide que corran riesgo ante la ola de delincuencia que acecha la entidad.

Inmersos en la inseguridad

A Yolanda Rafael afortunadamente en los 12 años que ha estado vendiendo no ha sido víctima de la delincuencia pero desde su espacio de venta ella observa los atracos que suceden diariamente.

“Uno ve lo que pasa en la calle, no estamos coludidos con aquellos que roban, pero se puede uno dar cuenta”, externó.

La comerciante ambulante señaló que están en este espacio como parte de una organización social, no le cobran cuota y únicamente debe estar afiliada al grupo que pertenece y que la respaldará en cualquier conflicto.

Sobre Las Casas, Aldama, y ahora con el plantón magisterial, varias calles de la ciudad se infestaron de puestos que están en la irregularidad.

Crece el problema

En la Central de Abasto hay decenas de familias quienes cuidan sus espacios de venta; llegan temprano y se retiran ya noche. Los niños, en diversos puestos, acompañan a sus padres y madres, en muchos casos están condenados a no recibir educación conforme su edad.

Cada vez más se disputan los espacios para colocar desde puestos de ropa típica, hasta discos piratas, pasando por ropa y calzado.

En el caso de Yolanda, fue en esta actividad donde encontró una fuente de empleo y recursos para poder mantener económicamente a sus hijos y ofrecerles educación en una escuela sin inasistencias.


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