Más de un millón de niños ucranianos son desplazados de su país y separados de sus padres
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Más de un millón de niños ucranianos son desplazados de su país y separados de sus padres

Miles de infantes ucranianos dejan casas y a sus papás para alejarse de los ataques rusos


Más de un millón de niños ucranianos son desplazados de su país y separados de sus padres | El Imparcial de Oaxaca

Los niños ucranianos son las principales víctimas de la invasión de Rusia, con un millón de menores que ya han escapado de su país, obligados a separarse de sus madres y han aprendido a lidiar con el trauma.

Al menos 71 menores han muerto y se reportan más de 100 heridos en Ucrania desde el inicio de la ofensiva rusa el 24 de febrero, anunció Liudmyla Denisova, encargada de derechos humanos en el Parlamento ucraniano.

El miércoles, el bombardeo de un centro médico que albergaba una maternidad y un hospital infantil en Mariúpol dejó tres muertos, uno de ellos una niña.

La ciudad de Leópolis se ha convertido en el principal punto de recepción de los ucranianos que huyen del conflicto, sobre todo del este del país, hacia Polonia u otros países fronterizos, como Rumania o Hungría.

Entre los más de dos millones de refugiados ucranianos, considerado el exilio que avanza más rápido desde el final de la II Guerra Mundial, en 1945, al menos un millón de ellos son niños.

“Mi casa estaba casi caída, Misha (peluche) y yo no tenemos miedo porque conseguimos salir de ahí, nos escondíamos en el baño”, dijo Sasha –un menor de 7 años–, mientras que su madre empezó a llorar, mientras repetía que “no tienen casa”.

El psicopedagogo Sergiy Kruglyk, de 58 años, es voluntario en la estación de Leópolis, dice que los niños “no entienden el viaje con su madre y sin su padre, no comprenden las condiciones en las que están”.

Por ejemplo, después de viajar unos 1,200 kilómetros desde el este de Ucrania con el número de teléfono de sus familiares anotados en la mano, Hassan llegó sano y salvo a Eslovaquia.

Con tan sólo 11 años, emprendió el éxodo solo desde su hogar en la ciudad ucraniana de Zaporizhzhia porque su madre no podía dejar a su anciana madre. Ella lo puso en un tren con la esperanza de mantenerlo  a salvo.


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