Por: Yael Alexander
En esta fiesta, los hortelanos y floricultores exhiben en el Zócalo hermosos diseños realizados con rábanos y flor de totomoxtle. Es todo un arte y una gran labor que realizan los participantes, mismos que con mucho orgullo muestran al turismo nacional y extranjero las obras de arte que con anticipación elaboran.
Mi abuelito Ernesto González Cabrera, Chetito, como le decimos de cariño, es uno de los participantes en este concurso desde el 2005 y él se motivó a participar por que asistía a los talleres infantiles de tallado de rábanos con mis primos y en una de esas, se inscribió para concursar en la categoría de adultos: Rábano Tradicional y desde entonces, año con año participa e involucra a los hijos y nietos para que realicen en familia el trabajo.
EL PROCESO
El proceso inicia con la siembra de la semilla del rábano en el Bosque el “Tequio”. Luego ya al acercarse la fecha se va a la cosecha del rábano.
Es un proceso largo dice el abuelito Chetito con su carisma que le caracteriza, pues una vez teniendo los rábanos, se desarrolla el concepto y composición de la obra, se seleccionan los rábanos, continuando con el labrado de la figura y su armado.
Entusiasmado mi abuelito comenta que a cada rábano hay que cortarlo, tallarlo, armarlo y detallarlo. Y eso es para cada figura.
Y aparte otra gran tarea es montar toda la exhibición en el zócalo.
Es un trabajo muy laborioso, en donde nos involucramos en familia, especialmente los nietos y las nietas, lo dice muy orgulloso el abuelito, porque sabe que de esta manera se seguirán conservando las tradiciones de nuestro estado, pues se van heredando de generación en generación. Eso es en parte lo que me motiva a participar, comentó.
LOS PREMIOS
Por su espectacular trabajo en la Noche de rábanos, la familia ha alcanzado estar dentro de los 10 primeros lugares y han logrado dos honrosos segundos lugares. En el año de 2009 con la “Noche de luces” y en 2011 con el tema de “Cuilapan, tierra de la Danza de la Pluma”. Pero mis primos y mi abuelito, comentan que la más grande satisfacción, es el reconocimiento del turismo nacional y extranjero, quienes admiran y valoran el trabajo de los artesanos, quienes con sus manos mágicas, convierten el rábano en atractivas obras de arte.
Mi abuelito Chetito es un ejemplo de artesano-horticultor que, al participar en La Noche de Rábanos, mantiene unida a la familia y contribuye en la conservación de nuestras costumbres y tradiciones.
el abuelito de chetito
Amigas y amigos lectores de el Imparcialito, quiero comenzar esta colaboración manifestándoles la tristeza que embarga mi corazón, ya que el pasado 15 de diciembre, mi abuelito Aniceto Ernesto González Cabrera, Chetito, (DEP) partió físicamente de este mundo, para ir a gozar de la presencia de nuestro Padre Dios.
Hace un año, en este mismo espacio el diario lucía con un encabezado que decía así: “La noche de rábanos en Oaxaca” y la entrevista fue exclusiva para el Imparcialito, donde me di a la tarea de conversar con mi abuelito y preguntarle entre otras cosas, su inquietud del por qué le gustaba participar en este concurso tradicional de Oaxaca.
Hoy quiero que su legado siga presente y a través de este medio, les replico el reportaje que hicimos mi abuelito y yo. Él, cada domingo no se perdía las colaboraciones que sus nietos, primero Neto y ahora yo, hago domingo a domingo.
Chetito no se ha ido, él sigue y seguirá presente en los corazones de cada uno de los que tuvimos la fortuna de tenerlo.
Abuelito Chetito, donde quiera que te encuentres solo decirte que:
¡Te seguiremos amando por siempre!
