Jacobo Fernández Alberdi, un piloto aviador español que había llegado a nuestro país hacía apenas dos meses, acababa de sacar su licencia para poder manejar aviones en México. Antes que nada, hay que aclarar que este señor era todo un aventurero y le encantaba el peligro. Había participado en dos guerras en Europa, por lo que necesitaba estar siempre en acción.
En México se sentía un poco aburrido, por lo que pensó en un reto para pasar unos momentos de diversión y, de paso, quedar bien con su novia Elisa. Como hacía unos cuantos días había ido a visitar el Monumento a la Revolución, pensó que sería una buena idea pasar en avión por debajo de él. Hizo cuentas, tomó medidas y vio que era posible, así que puso manos a la obra.
EL VUELO
El 3 de marzo de 1946, Jacobo y Elisa fueron a la Escuela de Aviación de México, tomaron “prestado” un avión y se subieron en él. Cerca del Monumento a la Revolución se empezó a oír un ruido de motores. Quienes estaban caminando por ese lugar vieron un avión volando bajo alrededor del Monumento.
De repente, el avión dejó de dar vueltas, se hizo hacia atrás para tomar impulso… y se lanzó de frente hacia el Monumento. Muchos pensaron que se iba a estrellar, pero ante su sorpresa, el avión pasó limpiamente por entre las columnas y debajo de la cúpula. Alguien incluso alcanzó a tomar una foto del aparato volador entrando en el Monumento.
CASTIGADO
La hazaña de Jacobo Fernández fue admirable para muchos, pero hubo aún más personas que se enojaron. Consideraron que había sido irresponsable al tomar un avión sin permiso, poner en peligro las vidas de las personas que se encontraban en la plaza de la Revolución y pudo dañar una construcción histórica.
El piloto fue severamente castigado, su jefe le puso una tremenda regañiza, lo mandó arrestar por varios días y le quitó su licencia de piloto, no pudo volar durante todo un año. Tal vez antes de emprender su aventura, Fernández debió pensar en las consecuencias. Aun así, su atrevido vuelo pasó a la historia.
PEQUEDATO
Jacobo Fernández no fue el único que se atrevió a realizar la hazaña. Se cuenta que por la misma época, el aviador mexicano Leopoldo “el Gallo” Gutiérrez también pasó bajo el Monumento a la Revolución, sólo que no existe ningún documento o foto que lo compruebe.