Cuando observamos a las personas muy exitosas, a menudo caemos en la trampa de pensar que tienen un talento, una inteligencia o recursos superiores, algo a lo que nosotros no tenemos acceso. Tras una década de investigar y entrevistar a personas sumamente exitosas, Brendon Burchard descubrió que todas las personas exitosas tienen en común seis hábitos, sin importar el área en la cual se destacan. Estos hábitos son en definitiva lo que las diferencian de los demás. En su libro Hábitos de alto rendimiento, Burchard describe los siguientes hábitos que todos podemos imitar para ayudarnos a llegar al siguiente nivel de crecimiento en nuestras propias vidas.
1. Buscar claridad. Tenemos que tener claro quién queremos ser, cómo deseamos interactuar con los demás, qué queremos y qué dará más significado a nuestra vida. Cada vez que comenzamos un nuevo proyecto, debemos preguntarnos: ¿Qué clase de persona quiero ser mientras hago esto? ¿Cómo debo tratar a los demás? ¿Cuáles son mis intenciones y mis objetivos? ¿En qué me puedo enfocar que me dé una sensación de conexión y satisfacción? Las personas de alto rendimiento se formulan a sí mismas estas preguntas cada día. Ellas desarrollan una rutina consistente de automonitoreo para asegurarse de tener siempre claros sus objetivos.
2. Generar energía. Para tener un alto nivel de rendimiento cada día necesitamos cuidar nuestra resistencia mental (con descansos frecuentes e intencionales), nuestra energía física (con una buena dieta y ejercicios) y nuestras emociones positivas (controlando nuestros pensamientos). Las personas que tienen alto rendimiento saben que necesitan generar conscientemente energía para poder mantener su foco, su esfuerzo y su bienestar. Saben que deben cuidarse a sí mismas para mantenerse en el primer nivel.
3. Elevar la necesidad. Necesitamos encontrar y acceder a las razones por las que debemos por completo tener un buen rendimiento. Esta necesidad debe basarse en una mezcla de nuestros niveles internos (por ejemplo, nuestra identidad, creencias, valores y expectativas) y las demandas externas (como las obligaciones sociales, la competencia, compromisos públicos, fechas límites). Necesitamos saber cuál es nuestro porqué y nutrir el impulso de transformar nuestros objetivos en necesidades absolutas.
4. Incrementar la productividad. Tenemos que focalizarnos en la producción prolífica de calidad en el área en que deseamos tener mayor impacto. Para lograrlo, las personas que tienen alto rendimiento minimizan las distracciones y le dicen no a las oportunidades que no ayudan a lograr resultados de calidad en sus áreas específicas.
5. Desarrollar influencia. Es muy raro lograr el éxito estando aislados. Necesitamos desarrollar influencia sobre aquellos que nos rodean. Es crucial tener alrededor a otras personas que crean y apoyen nuestras ambiciones. Las personas de alto rendimiento desarrollan intencionalmente redes positivas de apoyo porque saben que sus logros sin la ayuda de los demás se verán limitados.
6. Demostrar coraje. Debemos mantenernos firmes por nosotros mismos y por los demás incluso cuando enfrentamos el miedo, el cambio, dudas y amenazas. Las personas de alto rendimiento expresan consistentemente sus ideas y actúan cada día. En definitiva, el coraje no es un acto audaz, sino una cualidad que podemos elegir desarrollar y utilizar de forma cotidiana.
En definitiva son nuestras acciones y nuestros hábitos los que nos ayudan a seguir adelante en la vida. Una vez que tenemos claridad respecto a lo que es verdaderamente importante en nuestras vidas, podemos superar las dificultades implementando estos seis hábitos que otras personas exitosas utilizaron para lograr sus objetivos.
