Hace unos días, la artista experimental Julia Barco inauguró su exposición Crisol, imágenes de luz, en la Biblioteca Henestrosa.
Barco confiesa que al tratar de comprobar algunas teorías que ha leído sobre los colores, como que la luz de color amarillo no existe, que los colores primarios son el rojo, verde y azul, y que el amarillo se obtiene al mezclar el rojo y verde, o que al combinar todos los colores se obtiene el blanco, experimentó con la luz proyectada de diferentes lámparas y la fotografía para, así, obtener diferentes colores y combinaciones.
Desde hace varios años, la luz ha sido uno de los temas predilectos de Julia Barco, incluso tiene otra exposición relacionada a la misma. Al reflexionar sobre lo que le atrae, cae en cuenta de que es una sensación relacionada con la esperanza que tiene la luz, de conciencia.
Los colores de luz son tentativos y elusivos, un fenómeno distinto a los colores de pigmentos. La artista considera que “este elixir de la luz conecta lo material con lo inmaterial, y lo cósmico con lo cotidiano, lo terrenal. Y es eso, la luz es materia y no es materia. Incluso la palabra iluminación tiene que ver con luz, pero también con un mayor conocimiento, mayor conciencia; los iluminados muchas veces aparecen con halos de luz”.
En la luz todo se revela. Sin luz no se puede ver. Pero la luz misma es intangible, y en este sentido, se asemeja al pensamiento sin palabras.
La muestra está vigente en la Biblioteca Henestrosa, calle Porfirio Díaz 115, esquina con Morelos, Centro.
