El músico y compositor oaxaqueño Lázaro Javier Hernández Cruz estrenó este fin de semana la segunda sinfonía de su obra “Rituales”, en un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca y que contó con el acompañamiento coral de Concentus Coral, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
En el recital se estrenaron también otras cuatro composiciones de igual número de autores oaxaqueños: Dora Vera, Jaime Allende Cuevas, Javier Armando Peralta y Óscar Rafael Martínez García. Todos con el respaldo de quien hasta entonces figuró como director titular de la orquesta, Eliseo Martínez García, y que en otras ocasiones ya había dado la oportunidad para que la música creada en el estado tuviera proyección con la Sinfónica.
“Son obras novedosas, se está haciendo bastante música en Oaxaca, se han desarrollado muchos músicos en la composición”, cuenta en entrevista Lázaro Javier Hernández, uno de los compositores. Sin embargo, expuso que en la entidad aún falta enfocar programas de apoyo o incentivos para el desarrollo de la composición.
“No hablemos de cuestiones económicas sino de darle un desarrollo a que los que ya tenemos un avance en técnicas y estudios para que se puedan generar más composiciones y que la gente que desee estudiar eso, igualmente, siga creciendo”.

Lázaro Javier Hernández Cruz es violista de la Orquesta Sinfónica de Oaxaca, quien se ha desempeñando en la música por casi 34 años. El programa del fin de semana, presentado en el teatro Macedonio Alcalá, de la ciudad de Oaxaca, contó con cinco estrenos y directores invitados, además de que algunos de los autores también dirigieron sus piezas.
En el caso de Lázaro Javier, la primera parte de su obra “Rituales” se presentó en 2022 con la Sinfónica de Oaxaca. La segunda es la que se interpretó el viernes y domingo.
Para el músico, que ha desarrollado otras composiciones para quintetos, esta fue la segunda ocasión en que pudo componer para la orquesta de la que ha sido parte por varios años.
La pieza está dedicada a su madre, pero en su nombre y notas aborda un mundo de ritualidad, como el que se vive en el estado de Oaxaca “con nuestras costumbres y tradiciones o lo que hacemos en nuestras casas… Una identidad personal y ritual”.
La obra trata de recrear ese ambiente de ritualidad y al estar dedicada a su madre se refiere también al poder de las mujeres de dar vida, explica el autor.