Le llamaban “la cera perdida de Salvador Dalí” porque estuvo desaparecida durante más de 40 años.
De hecho, muchos pensaban que el “Cristo de San Juan de la Cruz”, un crucifijo de cera original a partir del cual se han realizado cientos de versiones, había sido destruido.
Sin embargo, durante todo este tiempo, la escultura en bajorrelieve que el genio del surrealismo español moldeó con sus propias manos estuvo almacenada en una bóveda en Hawái.
La obra de Dalí, valorada entre US$10 y US$20 millones, se hallaba en el sótano de la casa de un coleccionista privado estadounidense que, aparentemente, la compró directamente al artista.
Cuando unos galeristas en Hawái supieron de su existencia, decidieron pagarle una suma no revelada para comprar la escultura y exhibirla en una de sus salas con un nuevo nombre: “Lost wax” (Cera perdida).
Harte International Galleries, la galería ubicada en la isla de Maui, presentó la pieza el miércoles 11 de mayo, con motivo del 118 aniversario del nacimiento del artista catalán.
Pese a que el museo hawaiano había vendido en el pasado otras versiones del “Cristo de San Juan de la Cruz”, “nadie pensó que la obra original, realizada por el maestro Dalí en cera, todavía existía”, dijo en un comunicado Glenn Harte, cofundador y director de la galería.
La galería planea “compartir con el público ‘La cera perdida’, para que los entusiastas del arte y la historia puedan experimentar esta notable obra de arte”.
Según el galerista, el coleccionista a quien compraron la obra guardaba la escultura en la caja de plexiglás original que Dalí había utilizado para conservar su forma.
“Dados los desafíos de preservar la cera, pocos esperaban que el molde original hubiera sobrevivido”, considera la revista de arte ArtNews.