La Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), que se realizó del 12 al 20 de octubre en el centro de la ciudad de Oaxaca, perdió en este año gran parte de los apoyos gubernamentales que había recibido en los últimos sexenios. Además de que redujo en más de la mitad las actividades de su programa, al reportar alrededor de 200 frente a las más de 400 del 2023.
Sin embargo, sus organizadores señalaron que en esta ocasión se instalaron 80 stands (puestos), cifra superior a la del año pasado: 62. En tanto, de invitados tuvo en esta ocasión poco más de 200, número menor al que dijo haber tenido en el 2023, cuando fueron casi 300.
Aunque la asociación civil Fondo Ventura y las empresas Editorial Almadía y La Proveedora no han reportado el costo de la feria ni el monto de los apoyos privados y públicos recibidos, tampoco la razón para dejar el Centro Cultural y de Convenciones y volver así al centro de la ciudad de Oaxaca, se estima que en este año solamente recibieron 300 mil pesos de dinero público. El monto es mucho menor a los de los últimos años e incluso al que consiguieron durante el 2020, cuando estalló la pandemia de COVID-19. En ese entre, del gobierno federal y del estatal consiguieron un monto global de más de 741 mil pesos (441 mil y 300 mil, respectivamente).
A diferencia del 2023, cuando le otorgó 3 millones de pesos y diversos apoyos en difusión y transporte, el gobierno estatal le otorgó únicamente 300 mil pesos, a través de la Secretaría de las Culturas y Artes, para la edición 44. Esta es la cifra de las más baja de los últimos años, aunque igual a la que le dio en 2020. Sin embargo, hubo algunas transmisiones de su programación a través de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión, organismo estatal.
En tanto, el ayuntamiento capitalino no le otorgó recurso económico alguno y la Federación no la benefició con el Programa de Apoyos a Festivales Culturales, Profest, ni otro apoyo del que se haya informado.
A través de un boletín, la feria reportó que en estos nueve días se instalaron 80 stands acompañados de un programa artístico y cultural con más de 200 actividades e igual número de invitadas e invitados. Sin embargo, al acudir a la feria o revisar su programación, hubo algunas actividades canceladas.
Aunado a esto, el clima y el polvo y ruido de las obras que ejecutan el gobierno estatal y municipal en el zócalo y la Alameda afectaron parte de las acciones y venta.
Durante la inauguración, y a nombre de la asociación y empresas organizadoras de la feria, se señaló que el regreso al sitio donde nació este programa en 1975 representó una gran emoción. Aunque no especificó el periodo, la feria aseguró que a lo largo de los últimos años ha tenido “a más de 2 mil escritores, editores, libreros, talleristas, promotores de lectura y profesionales del libro que han participado en más de 5 mil actividades, todas ellas de libre acceso para la comunidad oaxaqueña”.