Oaxaca es tierra de talento y de jóvenes que buscan una oportunidad para demostrar que tiene la capacidad de participar en proyectos e investigaciones de alto nivel. Es el caso de Erick Cruz Mendoza.
Nació en Ixcotel, uno de los barrios locales con una fuerte conciencia de la cultura y la tradición popular. De su abuelo se nutrió de esas viejas tradiciones; de sus padres, del amor por el estudio y de una tía, de su interés por los medios de comunicación.
Nadie pensaba que Erick llegaría a destacar en el ámbito académico. Fue un estudiante promedio en las escuelas públicas de nuestra entidad, sin destacar en ningún campo en especial. En un principio pensó que se dedicaría al diseño industrial o la arquitectura porque por ahí caminaban sus inclinaciones iniciales, además de su gusto por el futbol que lo llevó a estudiar para ser árbitro, lo que resultaba paradójico en él debido a que su personalidad es más bien solitaria.
Cursó su secundaria en la “Técnica 85” y su bachillerato en el “Cetis No. 105”. Fue ahí en donde el periodismo primero y después el fenómeno de la comunicación humana empezaron a llamar su atención, influido por las pláticas y consejos que tuvo que una tía que es periodista en una estación local.
Una vez que estuvo seguro de una vocación, lo siguiente fue encontrar una escuela para cursar su licenciatura. Sus posibilidades no le permitieron irse a CDMX, pero encontró en la Universidad del Mar la oportunidad que buscaba. Se postuló y fue admitido. Su vida dio un vuelco a partir de su primer semestre puesto que empezó a descubrir que tenía facilidad para comprender temas de mayor profundidad que sus compañeros, lo que lo llevaba a retar y debatir con sus profesores.
Pronto estaba profundizando en la Historia del periodismo, en sus metodologías y filosofía. El periodismo cultural empezó a practicarlo de inmediato y tuvo una breve oportunidad de colaborar con una pequeña revista local.
Su inclinación fue afianzándose y despertó su interés por el periodismo científico y el fenómeno de la comunicación de la ciencia, por tanto, una vez concluida su licenciatura migró al bajío para cursar su Maestría en “Comunicación y Cultura Digital”, en la Universidad Autónoma de Querétaro, UAQ.

No fue fácil, sus recursos eran escasos, pero la fortuna estuvo de su lado y en las aulas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales cimentó su destacada trayectoria académica y docente. Venía de una vida con limitaciones, y la desigualdad es un factor determinante en el rendimiento académico de cualquier estudiante y es peor aún cuando éste, por falta de dinero, tiene carencias tecnológicas como lo es el simple hecho de poseer una computadora portátil para estudiar.
No pasó mucho tiempo antes de que reconocieran su talento. Un ensayo suyo fue aceptado y publicado en una prestigiosa revista académica. A partir de entonces, sus profesores y compañeros pasaron de la desconfianza a la admiración.
Gracias al apoyo y colaboración que empezó a desarrollar con la Dra. Miriam Herrera, académica de la UAQ, inició una destacada trayectoria profesional que no sólo le permitió entrar a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, sino empezar a publicar diversos trabajos de investigación en revistas de todo el continente. En la Revista UNAM publicó “Audiencias y Algoritmos: comunicación de la Ciencia en Internet. En “Aiken” revista argentina, publicó “Narrativas sobre dismorfia corporal en Tik Tok” o en la brasileña “Contato” “Investigar la comunicación y las nuevas alfabetizaciones en la era posdigital”, en colaboración con otros autores.
Hoy cursa su Doctorado con la Tesis: “Las expectativas sobre las vacunas contra la Covid-19 en América Latina y el Caribe. Un estudio regional de la prensa en 34 países de América Latina y el Caribe”, que en palabras propias del futuro Doctor nos explica: “En este contexto global de alta incertidumbre climática y sanitaria con una posible proliferación de enfermedades zoonóticas, resulta relevante preguntarse por el papel de las expectativas en la resolución de problemas públicos. A pesar de varias décadas de producción de conocimiento social sobre el funcionamiento de la ciencia y su presencia en la resolución de problemas de las agendas nacionales, poco sabemos acerca de cómo se articulan los discursos científicos y políticos que dan forma a la generación de expectativas que pretenden guiar las acciones de la sociedad para reducir la incertidumbre en escenarios de riesgo de salud, como lo es el caso de la pandemia por Covid-19”.
“De este modo, el estudio de los problemas públicos relacionados con la salud, en diferentes escalas (globales, regionales y locales), resulta una oportunidad para observar estas dinámicas y aprender importantes lecciones acerca del funcionamiento de la ciencia, de la sociedad y de la forma en que se usa y comunica el conocimiento”. En su trabajo abarca dos campos: los estudios sociales de la ciencia y la tecnología además del campo de la comunicación, es decir, no sólo realiza entrevistas, también utiliza información extraída y cuantificada mediante programas especiales de lo que circula en internet en su campo de investigación.
Erick Cruz Mendoza, de 29 años, es un destacado académico oaxaqueño que está despuntando en el ámbito del estudio del fenómeno de la comunicación a nivel continental. Pertenece a prestigiadas asociaciones, ha recibido numerosos reconocimientos, ha dado conferencias, organizado congresos, dado capacitaciones, clases y realizado gran cantidad de actividades extracurriculares.
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