El gobernador de Oaxaca Salomón Jara Cruz señaló que autorizar un evento musical en el que las letras de las canciones denigran, cosifican e hipersexualizan a las mujeres y adolescentes, sería fomentar la normalización de la violencia de género, por ello, su administración no es ni será cómplice del machismo y misoginia.
Al desestimar los señalamientos de censura por la cancelación del concierto del intérprete conocido como Dani Flow, manifestó que en la entidad no se autorizarán presentaciones de artistas que hagan apología de la violencia de género contra las mujeres.
La restricción abarcará a todos los géneros musicales, no solamente al reguetón, si un cantante o grupo musical fomenta la violencia contra las mujeres o cualquier otro tipo de violencia, simplemente no podrá hacerlo en Oaxaca”, refirió.
Aseguró que la polémica que está generado la medida es positiva, ya que enfoca el debate en el contenido de las letras de las canciones y sus efectos en la normalización de estas conductas.
Además, el derecho a la libertad de expresión no es un derecho absoluto, pues su ejercicio tiene como límite natural los derechos de las demás personas, en este caso, el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias”, dijo.
El mandatario estatal indicó que las personas intérpretes de reguetón y corridos tumbados con mayor éxito, peligrosamente fomentan valores negativos como el consumo de drogas, la violencia, la ostentación, el lujo, el culto al dinero y, sobre todo, la cosificación de la mujer.
El caso de María Elena Ríos, continuó, es un ejemplo de la normalización de la violencia misógina, pues la defensa del autor intelectual ha intentado minimizar la gravedad del ataque con ácido y una campaña en redes sociales ha colocado a la víctima como un simple objeto.
Debemos derribar los muros de la normalización y la indiferencia que ominosamente permiten que las agresiones verbales transiten a las físicas y, lamentablemente, concluyan en feminicidios”, manifestó.
Apuntó que restringir conciertos no terminará con la violencia de género contra este sector de la población, pero es un primer paso para incentivar un cambio cultural que debe comenzar en los hogares, en el seno de las familias, donde se inculcan principios y valores a niñas, niños y adolescentes.
El gobernador oaxaqueño puntualizó que afortunadamente se viven en tiempos de una revolución de las conciencias, que permiten avanzar decididamente en hacer realidad el derecho de las mujeres a una vida libre de todos los tipos de violencia.