Pierde el Centro histórico a su población entre el auge turístico
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Pierde el Centro histórico a su población entre el auge turístico

El número de habitantes de esta zona patrimonio mundial ha pasado de 11 mil 30, en el año 2010, a 9 mil 544 en 2020


Habitantes del centro histórico se enfrentan al aumento de los precios en diversos productos, las rentas, el ruido y la gentrificación
Habitantes del centro histórico se enfrentan al aumento de los precios en diversos productos, las rentas, el ruido y la gentrificación

La familia de Carmen tiene más de 100 años viviendo en lo que ahora es el centro histórico de la ciudad de Oaxaca, en un área que también se conoce como el barrio de China. Más cercana al Mercado de Abasto Margarita Maza de Juárez, se trata de “una zona roja, de cierta manera, abandonada por el gobierno, pero también se ha vuelto comercial y los habitantes han decido migrar”.

En su cuadra, los inmuebles habitados los cuenta con los dedos de una mano. El resto, explica, son hoteles o negocios de otro tipo. Aunque observa que en la parte sur, conforme se avanza hacia el Periférico y el Mercado de Abasto, hay más familias.

El centro histórico de Oaxaca está perdiendo a su población. La zona que en 1987 fue inscrita a la Lista de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha dejado de ser una de tipo habitacional para dar paso al uso comercial.

Basado en el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el investigador José Omar Peral Garibay confirma que el centro histórico ha perdido a su población en los últimos años. En 2010, esta era de 11 mil 30 habitantes y en 2020 fue de 9 mil 544.

 

Gentrificación

 

En su tesis “La producción del espacio en los centros históricos y la tendencia hacia su gentrificación: el caso del centro histórico de Oaxaca”, el doctor en urbanismo también señala que no es posible considerar que haya una sola variable que evidencie la gentrificación, ese proceso que en el caso del centro histórico de la capital ha provocado el desplazamiento de su población originaria o de antaño por otras de mayor poder adquisitivo, o de la disminución de esta.

La gentrificación, explica Peral, es un término anglosajón que “hace referencia a las transformaciones en el paisaje urbano producto de la valorización material y simbólica del espacio asociada a procesos de sustitución-desplazamiento de población, donde ocurre la llegada de (nuevos) residentes de mayor poder adquisitivo, que desplazan a los (antiguos) residentes de menor poder adquisitivo”.

Pero el centro histórico también ha dejado de ser “habitable”, pues el ruido de los vehículos y de los establecimientos cercanos perturba el sueño o descanso de los pocos vecinos que se resisten a dejar el hogar de varias generaciones.

Ella no es la única que debe lidiar con las molestias que el auge de la actividad turística y comercial ha provocado en esta zona. O del aumento de precios en los alimentos y las rentas que hacen incosteable radicar aquí. Por su tono de piel, más cercano al estereotipo de un turista extranjero, Carmen recuerda que hace unos meses le quisieron vender las tortillas a un precio muy elevado.

Otros habitantes del centro histórico se enfrentan al aumento de los precios en diversos productos, las rentas o el ruido de los establecimientos que operan principalmente en las noches. Incluso, por la invasión a su privacidad debido a la colindancia de su casa con hostales, hoteles y otros negocios. Ese es el caso de Pilar Monterrubio, vecina de la avenida Morelos, quien incluso se ha quejado con el ayuntamiento porque el fenómeno de la “gentrificación” ha mermado su calidad de vida y la de su padre.

 

La arqueóloga Nelly Robles e ICOMOS consideran que el centro histórico se ha convertido en una cantina

 

Giros negros

 

En la ciudad de Oaxaca, de los casi mil giros “negros” (restaurantes-bar, bares, cantinas, depósitos, mezcalerías y similares), la mayor parte se ubica en el centro histórico, señala la Secretaría de Desarrollo Económico del ayuntamiento. Esta cifra de establecimientos, dirigidos principalmente a turistas, han hecho que la arqueóloga Nelly Robles (impulsora de la inscripción de Monte Albán y el Centro Histórico a la Lista de Patrimonio Mundial) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) consideran que el centro histórico se ha convertido en una cantina.

El Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) del Congreso local también refuerza la idea de que la gentrificación ocurre en el estado de Oaxaca, y que la capital de la entidad es uno de los ejemplos del fenómeno. En su libro “Gentrificación turística”, Arturo Méndez Quiroz y Mario Samuel Ceballos López, del CESOP, explican que esta se observa principalmente en el centro histórico y los barrios Jalatlaco y Xochimilco.

Este fenómeno inició cuando se multiplicó la oferta de servicios a los turistas, quienes visitan la capital cada vez en mayores cantidades” (más de 152 mil durante las fiestas del programa oficial Guelaguetza 2022. “La consecuencia (de la gentrificación) ha sido la expulsión de los habitantes originales de esta zona, así como las modificaciones a la arquitectura colonial, las cuales ponen en riesgo su categoría como patrimonio cultural de la humanidad”, subrayan los especialistas.


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