Fotos: Yvonne VENEGAS/Lisbeth MEJÍA
Para la coreógrafa y bailarina Claudia Lavista la práctica escénica va más allá de la obra final, pues implica las prácticas humanas que artistas inducen a través de tu trabajo. “Si tu trabajo es uno colaborativo, estás proponiendo eso como modelo; si tu trabajo implica diálogo, propones eso como modelo de filosofía de vida, no nada más de una obra y ya”.
Como docente y gestora cultural, considera que lo importante no son las obras, sino los seres humanos. Por cuatro años, Lavista ha coordinado el programa Interacciones, Cuerpos en Diálogo/Plataforma de Creación Coreográfica, en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), y en esta semana presenta, junto a sus estudiantes, los resultados del mismo.
Del 28 al 30 de septiembre, estas co producciones del CaSa ofrecen los bocetos de 12 duplas de artistas, piezas que aunque importantes ponderan a los artistas y cómo juntos pueden repensar o plantear que lo establecido es quizá obsoleto y debe cambiar, el “cómo juntos podemos abrir nuevos paradigmas”, según lo expresa.
Con proyectos que intentan descubrir otras formas de decir, de estructurar nuevos lenguajes (no solamente escénicos, sino de pensamiento) el cuarto diplomado propuso a sus participantes el pensarse a sí mismos como artistas escénicos, como coreógrafos o como colaboradores.
Y es que en palabras de Claudia, el colaborar con otro obliga a dialogar “y en el diálogo ocurren cosas que si las hubieras hecho tú solo no hubieran ocurrido, el diálogo acaba siendo una fuente infinita de nuevas posibilidades”.
En este momento, en este país, justo es lo que necesitamos aprender, tenemos que dialogar, no puede cada quien rascarse con sus propias uñas, añade la bailarina en medio de un contexto matizado por los sismos y fenómenos naturales que han puesto a colaborar a la sociedad.
“Hay mucho diálogo en relación con la pertinencia del trabajo actual del arte en este país, en medio de un terremoto que acaba de pasar (19 de septiembre), que tiembla cada cinco minutos”, refiere sobre un pensamiento en el que han concluido que es fundamental y desde él se puede ejercer la crítica, generar nuevas formas de imaginar y ejercer el derecho a tener implicaciones en las políticas culturales.
El diplomado Interacciones, Cuerpos en Diálogo/Plataforma de Creación Coreográfica lleva cuatro ediciones, con la actual, que termina en estos días con la presentación de los bocetos. Mover los conceptos de lo escénico a ámbitos distintos al teatro y que la obra no sea una de danza convencional son parte de los objetivos del programa que produce el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) y coordina Claudia Lavista.
Durante cinco módulos, distribuidos en 10 meses, se buscó “desplazar” las ideas de lo escénico, lo performático o lo híbrido, que se dieron gracias al diálogo entre las duplas de artistas de disciplinas diversas.
En esta ocasión se desarrollaron 12 proyectos, dos más que en las ediciones previas, en los que trabajaron coreógrafos con artistas o profesionales de áreas como arquitectura, literatura y artes visuales.
“La colaboración lo que genera es que te muevas de tu lugar de confort, es que imagines desde otros lugares, que seas capaz de visualizar otros tipos de proyectos”, subraya la coordinadora sobre los trabajos que a su parecer son muy particulares, generosos y específicos, y que podrán conocerse del 28 al 30 de septiembre en la ciudad de Oaxaca y San Agustín, Etla.
El diplomado, creado a partir de la importancia de la práctica y la reflexión en la creación coreográfica contemporánea, reunió no sólo a creadores de áreas distintas, sino de lugares diversos que han vitos en él una forma de potenciar sus capacidades y desarrollo, a fin de crear piezas que trascienden lo académico y que han llegado a otros foros del país.
En esta ocasión hubo 24 artistas provenientes de la Ciudad de México, Tamaulipas, Tijuana, Oaxaca, Querétaro, Morelia, Jalapa, Alemania, Morelos y Pachuca, quienes recibieron asesorías de bailarines, gestores culturales, coreógrafos y directores escénicos como Juliana Faesler, Clarissa Malheiros, Vladimir Rodríguez, Pedro Antonio Cruz, Laura Vera, Helmar Álvarez. Además de conversatorios por parte de Ximena Escalante (dramaturga), Mario Lavista (compositor), Yvonne Venegas (fotógrafa) y María Luisa Santos (fotografía estenopeica)
Los bocetos de cada dupla serán presentados del 28 al 30 de septiembre. Algunos de los que comprende la programación del 28 son: “El Meroliflorítico”, obra para el público infantil de Marely Romero y Erika Nuño, que se presenta a las 10:00 horas, en el CaSa; “Cine Venus”, de Fernando Leíja, Alejandro Chávez y Lucero Hernández, a realizarse a las 14:00 horas en el Cine Venus de la ciudad de Oaxaca y dirigida para mayores de 18 años, y “Refugio para un recuerdo”, de Daniel Montiel y Ricardo Ruiz, a las 19:00 horas, en el zócalo de la ciudad de Oaxaca.
El viernes 29, las piezas serán en el CaSa y entre ellas están “Mamuba –Cuerpos presentes en espacios vivos”, instalación– pieza permanente en el árbol del CaSa, a partir de las 18:00 horas, generada por Natalia Reza y Marianed Soria; Jennifer Eutebach y María Elena Rodríguez proponen “Arfissiem”, a las 19:25 horas, mientras que Teresa Vázquez y Julio María comparten “El iceberg”, a las 19:50.
El sábado 30 de septiembre, las funciones siguen y finalizan en el CaSa. A partir de las 15:00 horas, Natalia Reza y Marianed Soria vuelven a presentar “Mamuba –Cuerpos presentes en espacios vivos”; a las 16:00, Inti Santamaría y Gisela Olmos comparten “Embrollo de cinco”; a las 16:25, Edna Rodríguez y Misael Quintero presentan “Invisible”, y a las 16:50, Bárbara Lázara y Yoatzín Balbuena muestran “Pasaje doble en torno al doble”.
El accesos a las funciones es libre y gratuito, aunque se invita a llevar víveres para apoyar a las comunidades afectadas por lo sismos recientes.
