Lecturas en Do Menor
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Arte y Cultura

Lecturas en Do Menor

Un recuento de las lecturas del año 2020.


Lecturas en Do Menor | El Imparcial de Oaxaca

Si nuestras lecturas hablaran por nosotros ¿Qué nos dirían?…cada quién respóndase. Personalmente, el año pasado leí 24 libros siendo en total 5,063 páginas; en alguna edición de la columna ya les compartí algunas de mis lecturas, pero antes de comenzar con las lecturas de este nuevo año, me gustaría recordar aquellos libros que me acompañaron: 

En mayo, leí El amante polaco (Seix Barral /2020) en el que Elena Poniatowska nos lleva a conocer retazos de su vida y reconstruye el existir de Stanislaw Poniatowski, último rey de Polonia del que la premio Cervantes es descendiente. Luego llegó a mis manos La invención de Morel (Alianza/2014) una peculiar novela corta de Adolfo Bioy Casares que lleva al lector por una isla en donde la realidad se desvanece hasta quedar solo la ilusión por lo imposible.

En junio, pude leer finalmente la autobiografía juvenil de Salvador Novo, en La estatua de sal (FCE/2017) una narración directa y satírica en la que un Novo de 40 años, recuerda sus años lozanos y cuenta la historia de toda una comunidad en este país. En julio leí La noche se me fue de las manos (Alfaguara/2019) de Max Ehrsam, una novela sobre las desventuras del amor, cuando en pequeños instantes, lo que parece ser perfecto se esfuma de tus manos.

Continué con la reedición de un clásico de la literatura: La muerte en Venecia (Debolsillo/2020) de Thomas Mann, otra oda a los deseos imposibles, de la que rescato la siguiente frase: “Es, sin duda, positivo que el mundo solo conozca la obra bella y no sus orígenes ni las circunstancias que acompañaron su génesis”. 

Ya en agosto, Los días hábiles (Destino/2020) de Sergio Gutiérrez Negrón, me llevaron a reparar en la cotidianidad y monotonía de los empleos a través de la historia de unos jóvenes heladeros de Puerto Rico. Finalmente, en octubre conseguí Encuéntrame (Alfaguara/2020) secuela de Llámame por tu nombre, que no resultó ser lo que yo esperaba, pero aun así fue un estimulante viaje por la prosa melancólica de André Aciman. 

Luego, leí En la tierra somos fugazmente grandiosos (Anagrama /2020) una edición española de la nueva novela de Ocean Vuong, que llegó a mí por casualidad y resultó ser uno de los descubrimientos literarios del año. En noviembre regresé a algunos libros de la serie amarilla de Alfaguara que me acompañaron a lo largo de mi infancia y leí: Luna de hueso, de Francisco Toledo y Alberto Blanco; Rufus, de Tomi Ungerer, y El gato que desapareció misteriosamente, de Allan Ahlberg. Ya en diciembre leí el nuevo poemario de Alberto Villarreal: Todo lo que dejas cuando llegas y te vas (Planeta/2020), y terminé la más reciente novela de Rosa Montero: La buena suerte (Alfaguara/2020) que me hizo identificarme tanto con sus personajes, que refrendé mi creencia de que la magia de los libros, radica en que llegan a ti, cuando más los necesitas. Finalmente, La gran catástrofe amarilla (Planeta/2020) de JJ Benítez, diario de a bordo donde escribe sus reflexiones y aventuras dentro del “Costa deliziosa” un crucero en que él y cientos de pasajeros quedan varados por el coronavirus… Así como muchos de nosotros confinados en nuestras casas.