En un crimen que ha encendido las alarmas por su nivel de violencia y por el perfil de la víctima, José Vera C., exagente municipal de La Ventosa, fue ejecutado a balazos la mañana del sábado frente a su domicilio. El ataque ocurrió poco después de que el exfuncionario regresara de su rancho.
De acuerdo con los primeros reportes, los agresores ya lo esperaban. Lo emboscaron sin previo aviso y abrieron fuego a corta distancia, causándole heridas graves. Aunque fue trasladado con urgencia a un hospital de Juchitán por sus propios familiares, falleció minutos después debido a la severidad de las lesiones.
Narcomensaje en la escena: señales de posible crimen organizado
En el sitio del ataque, autoridades localizaron una cartulina con un mensaje. Presuntamente relacionado con el crimen organizado. Aunque el contenido no ha sido difundido oficialmente, fuentes extraoficiales indican que podría tratarse de un narcomensaje. Lo que refuerza la línea de investigación que apunta a un posible ajuste de cuentas.
Este hecho eleva la preocupación en la región del Istmo. Donde la presencia del crimen organizado y los enfrentamientos entre grupos delictivos han dejado una estela de violencia que ni siquiera respeta a exautoridades.
Fiscalía abre investigación; la comunidad exige respuestas
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) ya abrió una carpeta de investigación para esclarecer el homicidio. Peritos realizaron diligencias en la escena del crimen, que permanece bajo resguardo. Mientras tanto, se recabaron indicios balísticos, testimonios y evidencias que permitan identificar a los responsables.
Habitantes de La Ventosa, aún conmocionados, han manifestado su indignación y temor ante la posibilidad de que el crimen sea parte de una escalada de violencia vinculada al narcotráfico o conflictos de poder en la zona. “Esto ya no tiene límites, ni los exagentes se salvan”, comentó un vecino que prefirió no ser identificado por seguridad.
Violencia sin freno en el Istmo: instituciones debilitadas ante el crimen
Este asesinato se suma a una preocupante serie de homicidios en el Istmo de Tehuantepec, donde la falta de vigilancia continua, la impunidad y la débil respuesta institucional han permitido que los grupos armados actúen con creciente libertad.
A pesar de operativos esporádicos, la violencia sigue escalando en municipios como Juchitán, Salina Cruz, Matías Romero y zonas rurales como La Ventosa, donde los ciudadanos se sienten desprotegidos ante una guerra que no termina de declararse abiertamente, pero que se libra todos los días en sus calles.
Riesgos para Oaxaca: normalización del crimen y colapso del tejido social
El asesinato de un exagente municipal no es un crimen menor. Es una señal de la fragilidad institucional y del avance del crimen organizado en espacios de poder local. Este tipo de ataques no solo busca silenciar, sino también enviar mensajes de control territorial y advertencia a otros actores políticos o sociales.
La violencia sistemática, sumada a la falta de resultados visibles por parte de las autoridades, erosiona la confianza pública y alimenta una peligrosa normalización de la violencia.
Llamado a las autoridades:
Protección a líderes comunitarios y exautoridades locales ante riesgos conocidos.
Fortalecer las tareas de inteligencia y patrullaje en zonas rurales del Istmo.
Garantizar investigaciones transparentes y sin simulaciones.
Brindar atención psicológica y acompañamiento a las familias afectadas.
En resumen, este crimen no debe quedar impune. Oaxaca enfrenta no solo un episodio más de sangre, sino una prueba crítica para demostrar si es capaz de enfrentar la criminalidad con el peso del Estado de derecho… o si continuará cediendo el control de sus regiones al terror y la omisión.