Una nueva tensión entre México y Estados Unidos ha surgido, esta vez por el agua. Ante la severa escasez que enfrentan comunidades del norte mexicano, los gobiernos estatales de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas han decidido suspender el suministro de agua a Estados Unidos, argumentando que ni siquiera pueden garantizar el abasto local. La medida, tomada por los gobernadores Maru Campos (PAN), Manolo Jiménez (PRI) y Américo Villarreal (Morena), se produce en el marco del cumplimiento del histórico Tratado de Aguas de 1944.
La decisión, explicaron, responde a un contexto de crisis hídrica sin precedentes, donde miles de habitantes podrían quedar sin acceso al recurso, mientras se reclama el cumplimiento de una cuota que los gobiernos estatales consideran “fuera de tiempo” e insostenible bajo las condiciones actuales.
PRESAS AL LÍMITE Y MUNICIPIOS EN RIESGO
En Coahuila, el gobernador Manolo Jiménez denunció una “extracción extraordinaria” de agua en la presa La Amistad, ubicada en el noroeste de Ciudad Acuña, como parte del cumplimiento del tratado. Sin embargo, aseguró que esta operación pone en riesgo el abasto de agua potable no solo para Acuña, sino también para Piedras Negras y otros municipios cercanos.
“Esta agua la están extrayendo de más y lanzando al río Bravo. De ahí se abastecen muchas comunidades mexicanas. Primero debe garantizarse el agua para los coahuilenses”, declaró Jiménez, quien ya solicitó la intervención de la Secretaría de Agricultura y Seguridad para frenar el desvío.
TAMAULIPAS: “ES UN COBRO FUERA DE TIEMPO”
En Tamaulipas, el secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, consideró que las presiones del gobierno estadounidense son inoportunas, sobre todo ante el inicio de la temporada de huracanes, que podría alterar el equilibrio de los ciclos hídricos.
“Este cobro no tiene fundamento en este momento. La contabilidad del tratado vence hasta el 24 de octubre. Además, las presas La Amistad y Falcón están muy por debajo de los niveles necesarios para cubrir nuestra demanda”, puntualizó.
CHIHUAHUA: NO SE PUEDE ENTREGAR LO QUE NO HAY
Por su parte, la gobernadora Maru Campos aseguró que cumplir con el tratado es prácticamente imposible si antes no se garantiza el acceso al agua para los habitantes de Chihuahua, particularmente en el sector agrícola del oriente del estado.
“No podemos asumir compromisos internacionales cuando nuestros propios productores y familias carecen del líquido. El recurso debe ir primero para los chihuahuenses”, sostuvo la mandataria panista.
LLAMADO A UNA MESA INTERINSTITUCIONAL
En medio de la creciente preocupación, el alcalde de Ciudad Acuña, Emilio de Hoyos, hizo un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum para frenar las extracciones y convocar a una mesa interinstitucional urgente, donde participen gobiernos, expertos, productores y organismos internacionales para replantear las decisiones hídricas de la región con criterios de sostenibilidad y justicia social.
“Lo más importante es que los mexicanos tengamos agua para consumo humano. Necesitamos decisiones responsables, no imposiciones ajenas al contexto actual”, expresó.
EL GOBIERNO FEDERAL NIEGA TENSIONES CON EE.UU.
Durante su conferencia matutina del 15 de abril, la presidenta Claudia Sheinbaum negó que haya fricciones con los gobernadores y desmintió que México esté “cediendo de más” o incumpliendo el tratado.
“Es falso que no hay acuerdo con los estados. Hoy tenemos reuniones activas con Coahuila y Chihuahua. Estamos trabajando en conjunto con responsabilidad”, dijo Sheinbaum, subrayando que el tema forma parte de la relación binacional con EE.UU., pero sin comprometer el bienestar de las y los mexicanos.
TRATADO EN JAQUE: ¿ES MOMENTO DE REVISARLO?
El Tratado de Aguas de 1944, firmado hace 80 años, obliga a México a entregar un promedio de 432 millones de metros cúbicos anuales de agua a EE.UU. desde la cuenca del río Bravo, mientras que EE.UU. entrega a México 1,850 millones desde el río Colorado.
Sin embargo, la crisis climática, el crecimiento poblacional y la expansión agrícola han alterado por completo el panorama. Lo que antes era posible, hoy pone en riesgo la seguridad hídrica de regiones enteras.