A casi tres años del asesinato del magistrado Enrique Pacheco Martínez, el proceso judicial en su contra comienza a arrojar resultados contundentes.
El domingo, el Poder Judicial del Estado, a través de un juez de control, emitió fallo condenatorio en contra de David Ubaldo M.L., quien fue señalado desde el inicio de las investigaciones como uno de los autores materiales del crimen.
La causa penal que se le sigue es la número 225/2022, La lectura de sentencia ha sido programada para los próximos días, en los que se definirá la pena de reparación del daño y los años que pasará en prisión.
Detención de presunto
El 31 de marzo de 2022, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) lograron la detención del imputado en cumplimiento a una orden de aprehensión librada por el juez de Valles Centrales, con sede en San Francisco Tanivet. La captura fue resultado de una larga investigación iniciada desde el día de los hechos, en la que intervinieron diversas áreas de inteligencia, criminalística y análisis de videovigilancia.
Hechos

Los antecedentes del caso se remontan al lunes 13 de septiembre de 2021. Eran aproximadamente las 06:50 horas cuando vecinos de la calle Belisario Domínguez y su cruce con Las Rosas, en la colonia Reforma, reportaron al número de emergencias 911 varias detonaciones de arma de fuego. En pocos minutos, al lugar arribaron corporaciones de seguridad municipal y estatal, así como paramédicos del Heroico Cuerpo de Bomberos.
Fue en ese momento cuando se confirmó que el hombre lesionado por disparos era el magistrado Enrique Pacheco Martínez, quien ya no contaba con signos vitales y se encontraba tendido sobre el estribo de su camioneta, una unidad GMC de color negro. El área fue acordonada de inmediato y la escena quedó bajo resguardo de elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones, quienes procedieron a realizar el levantamiento de evidencias.
Peritos del Instituto de Servicios Periciales localizaron casquillos percutidos calibre 9 milímetros, además de dos escobas que en un inicio parecían pertenecer a trabajadores de limpia. Sin embargo, al entrevistarse con barrenderos de la zona, estos aseguraron que ya habían concluido sus labores y que ese tipo de escobas no era de uso común entre ellos. Esta observación dio un giro clave en la investigación: los agresores habrían simulado ser barrenderos para acercarse a la víctima sin levantar sospechas.
Según declaraciones recabadas, el magistrado Pacheco Martínez salía de su domicilio, ubicado sobre la calle de Las Rosas, como cada mañana para realizar actividad física. Minutos antes, su esposa había salido del inmueble rumbo a casa de sus padres, acompañada del escolta del magistrado. Este hecho fue aprovechado por los agresores, quienes actuaron con precisión y lograron escapar del lugar a bordo de motocicletas, sin ser detenidos en el momento.
Durante los meses siguientes, personal de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca FGEO, en coordinación con la AEI, llevó a cabo un exhaustivo análisis de cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, lo que permitió reconstruir la ruta de escape de los sicarios. A partir de estas grabaciones, así como testimonios y otras pruebas periciales, se logró identificar a David Ubaldo como uno de los presuntos responsables directos del homicidio.
Tras su detención, el imputado solicitó la ampliación del término constitucional por 72 horas más, las cuales vencieron el 5 de abril de 2022. A partir de entonces, se desahogaron diversas etapas procesales hasta llegar al juicio oral, en el cual, este domingo, se alcanzó un fallo condenatorio, al ser hallado penalmente responsable del delito de homicidio calificado en contra del magistrado.
Las autoridades no descartan más detenciones en los próximos días, pues existen indicios claros de que David Ubaldo no actuó solo. La Fiscalía continúa integrando pruebas para llevar ante la justicia a todos los implicados en este crimen que conmocionó al gremio jurídico oaxaqueño y a la sociedad en general.
La lectura de sentencia se realizará en breve, y se espera que se imponga una pena ejemplar por la gravedad de los hechos y por tratarse de un ataque directo contra un representante del Poder Judicial del Estado.