Ana Gabriela Guevara, aseguró que dejará la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), “inmensamente tranquila” a pesar de las controversias por falta de apoyos a los atletas mexicanos, y le dejó un mensaje a su sucesor Rommel Pacheco, indicando que estar al frente de esta dependencia no es un tema “sentimentalista”.
La ex velocista se despidió simbólicamente del puesto, en el marco de la entrega de estímulos a los medallistas olímpicos, paralímpicos y campeones mundiales.
En este marco, Ana Guevara asumió que durante su administración no gozó de inmunidad, consiguiendo números que la dejan conforme.
“Se lograron muchas cosas. No hay nada de qué arrepentirse. Es cierto que criticaron mi relación con los deportistas y mi gestión, pero este trabajo no se trata de sentimentalismos, sino de orden y disciplina; ese es el legado que dejamos al próximo director”, pronunció.
Y detalló que en este puesto no se “ganan medallas ni aplausos o reconocimientos”, y su misión fue entregar los números que pretendía.
“Me preocupa la gente que creyó todo lo (noticias negativas) que se decía, pero el tiempo se encargará de aclarar las cosas. Me quedo inmensamente tranquila, porque nada de lo que se ha dicho es cierto”, admitió.
Hay que recordar que el sexenio de Guevara fue muy criticado por la débil relación con algunas federaciones, por ejemplo, las de nado artístico y tiro con arco, e incluso le realizó investigaciones la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en las que se encuentra desvíos de erario por 398 millones de pesos, y también por gastos desmedidos, los más recientes en su viaja e los Juegos Olímpicos de París.
A pesar de estas polémicas, la primera mujer en dirigir la Conade, dijo que se marcha tranquila, aunque reconoció que le “faltó mayor presupuesto para las selecciones juveniles”.
Finalmente, le deseó lo mejor a Rommel Pacheco, a quien conoce por compartir momentos como seleccionados nacionales.
“Fue mi compañero de selección algunos años y se dará cuenta de que la responsabilidad de ser un funcionario público implica enfrentar los mismos problemas que yo. No es un tema de lógica sentimentalista, debemos tener empatía con los atletas, sí, pero también responsabilidad y orden”.