Quedó bien, ahora esperemos que las lluvias no vuelvan a carcomer la cantera”, cuenta doña Araceli, una habitante de la ciudad de Oaxaca quien considera que ya era necesaria la rehabilitación de la Alameda de León.
Aunque todavía hay un área pendiente por intervenir, ella cree que lo restaurado es benéfico para personas como su padre, quien usa bastón, o para personas con discapacidad visual u otra, ya que a diferencia del piso anterior este cuenta con una línea guía y rampas.
Antes era imposible que su padre (usuario de bastón y a veces de silla de ruedas) pudiera transitar, pues además del bastón necesita que alguien más lo sostenga en su caminar.
Quedó bien porque no se atora el bastón, la carriola ni se te atoran los tacones”, explica la ciudadana de casi 60 años, quien también espera que en lo posterior se le dé mantenimiento y la ciudadanía cuide los espacios públicos.
Sin embargo, reconoce que aunque se avanzó en esta obra y en otras vialidades, donde las rampas para sillas de ruedas se arreglaron, todavía faltan muchas calles más por mejorar.
En la Alameda de León existían al menos dos tapas de registros del cableado eléctrico sumidos, en donde paramédicos voluntarios reconocieron que se habían suscitado varias caídas o resbalones de peatones.
Tras las rehabilitaciones de la Alameda y de la banqueta en la calle 20 de Noviembre, las ramas existentes o donde se carecía se adecuaron. Por ejemplo, en la banqueta que une a la calle 20 de Noviembre con la avenida Independencia, donde tanto personas con discapacidad como las que no las tienen padecían el riesgo de caída o tropiezo.
Sin embargo, y aunque se arreglaron las uniones de banquetas, al bajar de una de ellas persisten encharcamientos por los daños al arroyo vehicular, lo que podría causar algún accidente a quienes desciendan u suban por ella.
