Con una conferencia mediada por el columnista Javier Risco, la activista Jumko Ogata y el caricaturista Darío Castillejos reflexionaron sobre la libertad de expresión, los discursos de odio en las redes sociales y medios de comunicación, pero también sobre la importancia de lograr matices y diálogos en temas como el feminismo, la política y la discriminación.
El encuentro se dio la tarde y noche de este viernes, como parte de la edición 41 de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO). Reunidos en el Museo de la Filatelia (Mufi), la conversación entre la activista y los periodistas pasó por reflexionar sobre las redes sociales como espacios para poder expresarse y encontrar coincidencias o posturas diversas, también en las que los ataques por pensar diferente también tienen cabida.
Lo difícil es tener discusiones matizadas, señaló Jumko Ogata, escritora mexicana, coautora de uno de los volúmenes del libro Tsunami, pero al mismo tiempo no dejar margen a la tibieza. Para ella, las redes sociales son también una comunidad donde se pueden expresar las personas que han sido históricamente excluidas de medios tradicionales. “Creo que si no existieran las redes sociales yo no estaría aquí”, apuntó la activista afrojaponesa y chicana originaria de Veracruz. Aunque expuso que a personas como ella todavía les falta tener acceso a las grandes editoriales y a medios como la televisión, especialmente para hablar de sí mismas.
“Nos han tratado como objetos de estudio y no como personas capaces de narrar nuestras propias historias”, añadió al tiempo de cuestionar también al feminismo.
Al hablar sobre libertad de expresión y destacar la labor de Darío Castillejos, el periodista Javier Risco refirió que antes era muy sencillo criticar a la política, a diferencia de los años recientes y con el actual gobierno del país. A esta percepción el caricaturista Darío Castillejos agregó que si hay temas complejos, el principal es la política. En las redes sociales, dijo el colaborador de EL IMPARCIAL, se habla y se da mucho la polarización, p
ero también se observa incertidumbre y temor.
“Mi trabajo como caricaturista es criticar”, subrayó. Y en recuerdo a las enseñanzas de moneros como Rogelio Naranjo explicó que los dibujantes son una especie de entes que se meten tras el teatro guiñol para mostrarle a la gente cómo se mueven los hilos.
Para él, la caricatura periodística le permite también dialogar en las redes sociales, pero cuando hay las condiciones para ello. Y es que reconoció que al criticar al presidente actual nunca falta quien piense que está en contra de él. Y cuando opta por hacer un cartón de la “oposición”, también le llega otra desbandada, que lo critica de “chayotero”.
Uno tiene que ser ecuánime para llevar la bandera de la crítica, agregó, pues una sociedad que critica es más responsable y va a exigir cosas más justas. Sin embargo, no obvió que en el ejercicio periodístico la libertad de expresión está restringida y se observa en los asesinatos de periodistas. Además de estar frenada también por la censura.